Una prueba diferente. El aficionado se quedó ayer con las ganas de escuchar rugir los motores. La situación actual marcada por la COVID-19 impidió que la prueba tuviese público. | Irene Arango

El veterano piloto Jaime Carbonell se impuso ayer en la IV Pujada a Aigües Blanques. El mallorquín aprovechó la ausencia del gran favorito, Pedro Mayol, para llevarse su primer triunfo en la prueba ibicenca.

Carbonell fue el más rápido de los pilotos que ayer tomaron la salida en Sant Vicent de sa Cala. En los entrenamientos rodó a buen ritmo, pero fue a la hora de la verdad cuando voló con su Norma M 20 F. En la primera manga dejó un tiempo de 2:04.318, que superó en el segundo intento con un registro de 2:02.579, sumando un tiempo total de 4:06.897.

En el podio le escoltaron su compañero de escudería Miguel Ángel Campins, que con su CM+ dejó un tiempo acumulado de 4:08.674, y Marcelo Torres, a los mandos de un Demon Car con el que firmó un 4:31.919.

En las otras categorías, en la clasificación de tramo cronometrado, el mejor fue Jordi Romero, que, junto a su copiloto José Martorrel, firmó un tiempo de 4:37.423 con su Seat León. Los puestos de honor los completaron Nadal Galiana y Lorenzo Ferragut, con su Ford Escort Cosworth (4:40.400), y el tándem local formado por José Joaquín Fernández y Adrián Fernández, con su Citroen AX (4:50.686).

Por último, en la categoría de drift, Sergi Sastre, con un BMW E-36 325, fue el mejor de los tres pilotos que compitieron en la categoría de los derrapes al lograr 60 puntos.