Sugrañes, en una foto tomada pocos días antes de la Copa del Rey del año pasado. | Daniel Espinosa

José Miguel Sugrañes fue jugador de la primera plantilla del Club Voleibol Eivissa durante tres temporadas, la última el curso 2019-20, cuando acabó siendo suspendida por la pandemia de la COVID-19.

El entonces capitán del Ushuaïa Ibiza Volley, denominación que tenía en aquel momento el conjunto ibicenco en Superliga, destapó este martes haber vivido una situación similar a la de Raúl Muñoz bajo las órdenes de Aitor Barreros, con quien atravesó su peor etapa deportiva hasta el punto de decidir abandonar la práctica deportiva independientemente de que hubiera recibido una oferta de renovación que, por cierto, el club se negó a ofrecerle.

Su retirada fue muy silenciosa por tres motivos: la suspensión de la competición, una lesión y su posterior no continuidad en las filas ibicencas. Todo quedó tapado por el simple hecho de que, entre la lesión y la suspensión de la competición liguera, el ‘banquillazo’ al que fue sometido no tuvo continuidad.

El barcelonés, de 35 años de edad, se vio afectado por una falta de entendimiento con el técnico Aitor Barreros, quien, al igual que a Raúl Muñoz, le vetó en la Copa del Rey. En este caso, no le hizo abandonar la expedición, pero sí le dejó sentado en el banquillo sin jugar ninguno de los dos encuentros a pesar de que, hasta entonces, era titular indiscutible. El peso de Sugrañes en aquella escuadra estaba fuera de toda duda.

Primeros problemas

En la jornada de Superliga anterior al torneo copero, el catalán, según manifestó este martes, tenía molestias y le ofreció varias opciones al míster. La que se adoptó conjuntamente es que no jugara para que llegara en buenas condiciones a la Copa.

Con todo, Sugrañes dio otras opciones: «Le dije que, si quiere que juegue, yo juego, y también que me podía poner la ropa y estar en el banquillo con los jugadores para animarles y hacer labores de capitán si lo veía bien. Él vio bien esta última opción». El problema es que, con el tiempo, llegó a oídos del central algo que no podía creer: «Aitor Barreros estaba diciéndole a los jugadores que yo me había borrado del partido».

Días antes de arrancar la Copa, el catalán, por molestias, no se encontraba en condiciones de asumir tanta carga de pesas y así lo hizo saber. «Lo que pasa es que el segundo entrenador le dijo a Aitor que yo me había negado a hacer pesas y eso no era cierto», puntualizó el exjugador.

Por esa pequeñez, el técnico le guardó la matrícula. Se quedó sin jugar el primer partido de Copa, lo que acabó propiciando una reunión entre las dos partes junto al presidente, Mariano Esteban. «Mariano me dijo que teníamos que reunirnos y que tenía que pedirle perdón a Aitor. Yo no sabía por qué, pero si hacía falta pues lo hacía. Aitor me dijo que se me habían subido los humos con la capitanía. Yo dejé claro que lo del gimnasio había sido un malentendido y parece que todo quedó arreglado», expuso el barcelonés. Nada más lejos de la realidad. Segundo partido de Copa, segundo ‘banquillazo’.

Tras el regreso a la isla, una exploración sacó a la luz que Sugrañes, que estaba forzando para una Copa en la que no tuvo la oportunidad de jugar, tenía un dedo roto. Se operó y siguió entrenando en el apartado físico con el fin de «llegar a la recta final de temporada». No pudo ser así porque la liga se suspendió por la COVID-19, pero, igualmente, José Miguel piensa que su situación no habría cambiado, ya que con Barreros no llegó a haber ningún acercamiento tras lo ocurrido en Copa.

Para más inri, eran vecinos y el catalán residente en Ibiza escuchó cómo Aitor Barreros negociaba con otros jugadores para su puesto. «Habla muy alto y en los apartamentos que nos daba el club se escuchaba todo, pero no me sorprendía ya», apuntó.

Sustitutos

Eso sí, cuando se confirmaron fichajes para su posición, contactó con Mariano Esteban: «Me dijo que faltaba que el club me comunicara que no seguía. Yo, igualmente, con Aitor no iba a seguir, pero merecía que me dijeran eso. ‘Te lo iba a decir’, me comentó el presidente. De todas formas, yo contra él no tengo nada. Me llevo bien y siempre ha hecho por ayudarme».

El exjugador se mostró decepcionado por haber salido por la puerta de atrás: «Me afectó mucho. Me dio rabia terminar así mi carrera. Fue algo muy inmerecido. Pienso que he ganado todo en España y también fuera de España. He sido internacional con España y creo que merecía algo distinto. Tuve que pasar por la situación de ver cómo algunos jugadores me preguntaban por qué no jugaba en la Copa. En cuanto a mi salida, yo entiendo que el club, entre un jugador y el entrenador, pues respalde al entrenador. Lo que yo ya no entiendo es que lo siguieran respaldando al ver que está pasando lo mismo con otro jugador como Raúl Muñoz. Yo, al menos, siempre fui sincero».