El ibicenco Pedro Román, a la derecha, posa junto a varios compañeros.

Pedro Román ha tomado la decisión de aparcar el karate combat, si bien no ha dicho aún su última palabra en esta especialidad de lucha. La escasez de combates le ha llevado a replantearse su futuro, aunque sigue preparándose por si surge una nueva oportunidad. Eso sí, ahora está más centrado en su propia formación para llevar a cabo «planificaciones específicas para deporte de combate» y en la promoción del karate al estar involucrado en el proyecto del Ibiza Samurais, club de reciente creación.
Román ha podido disputar cuatro combates en los últimos cuatro años. Los dos primeros se celebraron en Estados Unidos en 2018. Luego, peleó una vez en 2019 y otra en 2020 en Budapest. Entre la crisis de la COVID-19 y la falta de oportunidades, se ha visto en la obligación de mirar a otro lado.

Con todo, no le quita el ojo al mundo del karate combat. «Estoy yendo a entrenar un poco. Estamos haciendo quedadas los de karate combat. Hace relativamente poco, fuimos a Barcelona y el domingo volví de Almagro, donde reside otro compañero de esta disciplina», comentó. Román reconoció que tiene «aparcado» este mundo. «Mi último combate no fue bueno y no sé si siguen contando conmigo. Voy entrenando, pero también hago otras cosas ahora como promociones de karate», apuntó en relación a su actividad con el Ibiza Samurais.

El deportista está inmerso ahora en «una época de cambios». «En septiembre dejé mi trabajo. Estoy intentando formarme para llevar a cabo planificaciones específicas para deportes de combate. También estoy intentando ver hacia dónde encaminarme a nivel laboral, ya que con las pelas es muy difícil subsistir por decirlo de alguna manera», expuso.

En este sentido, Pedro Román explicó que «el salario no es alto». «Te pagan unos 2.000 dólares por una pelea con todo el riesgo que conlleva pelear en esto. Puede salir bien o puedes tener una lesión grave. Es un deporte muy lesivo, duro y te obliga a estar preparado psicológicamente. Dos mil dólares no es una cantidad muy grande. Si ganas por KO, te dan un bonus, pero nada más. Si te dieran un contrato anual con un número determinado de peleas y sabiendo lo que vas a cobrar, podrías darle una dedicación plena, pero, en mi caso, y menos sin patrocinadores ni nada, es complicado», afirmó.

Así las cosas, al karateca no le queda otra que «pensar en otras salidas». Con todo, no se despega completamente del karate combat: «Intento mantenerme bien porque nunca se sabe lo que puede pasar. Igual un día decido prepararme a muerte e intentar llegar lo más lejos posible», indicó Pedro Román, quien, pese a no perder la esperanza, dejó claro que aparca el karate combat.