Jonás Souto posa con la bola-9 del partido de la final del Campeonato de España, en Salamanca.

Jonás Souto se proclamó este viernes, por fin, campeón de España absoluto. Se había hecho con el Campeonato del Mundo júnior, varias medallas europeas sub-19 e inclusa una continental absoluta este mismo año, por no hablar de sus diez títulos nacionales júnior. Pero le faltaba eso. Es más, se le había resistido por una sola partida este mismo miércoles en la modalidad de bola-8, donde se colgó la plata. Ayer, por fin, dio ese salto de calidad y sintió en sus carnes lo que significa ser campeón nacional absoluto tras derrotar a Juan Carlos Expósito en la final del evento celebrado en Salamanca. Además, todavía no ha pronunciado su última palabra. Hoy comienza su aventura en bola-10, donde buscará completar su particular triplete de medallas nacionales.

El billarista ibicenco quedó encuadrado en el grupo C, compuesto por 18 jugadores. En él, el campeón del mundo júnior de 2019 consiguió la clasificación para el cuadro final por la parte de ganadores. Para ello tuvo que superar tres rondas sin ceder ninguna derrota dentro de un cuadro que se disputaba bajo el formato de doble KO europeo y en el que accedían a la fase final dos por la zona de ganadores y otros tantos por la de perdedores.

Souto superó en primer lugar a Diego Santamaría por 7-3. Luego, rememoró una vieja batalla de los nacionales de categoría júnior ante el asturiano Pelayo Cueli, al que venció por 7-4. Por este mismo marcador se deshizo en la ronda definitiva del valenciano Diego Pedro Simón, uno de sus compañeros en el equipo nacional que consiguió la medalla de bronce en el reciente Campeonato de Europa absoluto por selecciones.

En el cuadro final, el del Club Billar Eivissa-Ilusions Pool inició su camino contra Pedro Bustos en la ronda de octavos de final. El balear ganó por 8-4 y ya soltó el brazo para las eliminatorias siguientes. En cuartos, con una medalla en juego, se enfrentó al andaluz Carlos Bemonte, al que ya había vencido por 7-1 el miércoles en los octavos de final de bola-8. En esta ocasión ganó por 8-2, asegurándose así, al menos, el bronce.

En semifinales le esperaba un hueso: Iker Echeverria, otro de los cuatro integrantes de la selección española en el pasado Europeo. El ibicenco comenzó como un tiro. Un parcial 5-0 allanó el camino hacia la victoria. Iker fue capaz de reducir la ventaja a tres (5-2), pero el pitiuso no se dejó sorprender y se metió en la final tras vencer por un contundente 8-3.

En la final se midió a Juan Carlos Expósito, un jugador que ya sabe lo que es ser campeón nacional. El asturiano venía de superar por 8-4 en semis a José Alberto Delgado, verdugo de Souto en la final del miércoles de bola-8. El pitiuso se centró en lo suyo, desplegó un sensacional juego que dejó algún que otro golpe de fantasía –y algún mínimo error, propio quizá de los nervios– y se escapó 6-2. Ya no se dejó alcanzar. Ganó por 8-4 y se convirtió en el nuevo rey de España de bola-9. El trono es suyo.