Óscar Santos posa con la ropa del Unicaja Jaén.

Óscar Santos Mayans (Formentera, 2 de octubre de 1997), uno de los mejores atletas pitiusos, ha puesto punto final al atletismo de elite. El corredor del Unicaja Jaén, campeón de España por clubes de campo a través en 2016, quinto en el Campeonato de España sub-23 en 2018 y campeón balear de los 1.500 metros el año pasado –entre otros logros–, ha decidido retirarse del deporte que le ha visto crecer, una pasión por la que lo ha dado todo. El deportista considera que no puede vivir de ello y que el nivel de los atletas españoles es tan alto que es imposible luchar por cotas altas, así que se centrará en terminar la carrera de Psicología y, posteriormente, labrarse un futuro con ella en Valencia, donde lleva algunos años residiendo.

«En el atletismo, triunfar es cada vez más difícil. Te vas haciendo mayor, tienes otros proyectos y miras al futuro de otra forma. Hacía ya dos o tres temporadas que no me salían las cosas y no por el hecho de que no diera todo lo que tenía, que siempre lo he dado, sino por factores externos que interfieren en tus metas y logros. Es lo que más quema a un deportista», explicó el atleta, que durante su carrera defendió al Grup Esportiu Espalmador, el Playas de Castellón y el CD Surco Lucena, además del Unicaja Jaén.

El formenterense tiene ahora otras miras: «Acabo de cumplir los 26 años. Me queda nada para terminar la carrera universitaria y del atletismo no se puede vivir. Viven de ello cuatro personas y te das cuenta de que no puedes estar viviendo de los padres. La ‘uni’ me la pago yo. Siempre he intentado pagarme todo lo que he podido».

El atleta dice adiós con un sabor agridulce: «Marcharse contento es prácticamente imposible. Pocos deportistas en la vida lo han conseguido. Siempre piensas que podrías haber corrido más o haber conseguido equis si hubieras tenido los medios. Siempre habrá algún deportista con esa excusa que le limitó a la hora de alcanzar sus logros. Es lo que me ha pasado a mí. Me siento orgulloso del paso que he dado y de lo que el atletismo me ha aportado. Me ha enseñado a saber pelear, trabajar, no rendirme, no seguir el camino fácil, valores, respeto... He conocido también una cantidad de gente impagable que a día de hoy sigue a mi lado».

Sobre cuál ha sido el momento del que mejor recuerdo guarda, indicó: «Hay muchos y muy buenos, pero me quedo con el paso que di al irme a Valencia. Me cambió mucho la percepción del atletismo y la vida. Crecí mucho con Redolat y mis compañeros., en particular con Enrique Herreros. Me hice mucho más atleta de lo que era hasta el momento».

Por el contrario, preguntado por qué borraría, señaló: «A veces, en las careras no te meten sólo por la marca, sino por algún tipo de interés que hay entre la gente. Hay injusticias en un deporte que es superobjetivo. Tienes una marca y eso es lo que eres y lo que vales». Precisamente la falta de oportunidades en ciertas carreras es algo que también empujó a Óscar Santos a retirarse. «Se les da unas oportunidades a otros que tú no las tienes. Durante toda la temporada queríamos meternos en unas carreras y no nos metían. Te va mermando y quemando muchísimo», dijo al respecto.

El corredor del Unicaja Jaén deja el atletismo a temprana edad porque lo ve «muy claro». «Sé el nivel que hay en España. Hay muchísimo. Hay atletas que están compitiendo en finales mundiales y alguno hasta con medalla. Si miras el nivel medio, la gente con mi marca cada vez lo tiene más difícil para estar en el top diez del ranking español. En otros países ves que podrías estar en el top cinco o siete, pero aquí eres el 15. La gente vive con la ilusión de lo que puede llegar a ser y de pelear por sus sueños. Son frases motivadoras que van muy bien, pero alejan a la gente de la realidad y esto tampoco hay que permitirlo porque después vienen los fracasos y las frustraciones. Yo soy una persona que eso lo tiene muy claro. Hay gente que lo llama pesimismo y yo lo llamo realismo, que es lo que es».

Así las cosas, Óscar Santos cuelga las zapatillas. Ahora, vivirá el atletismo de otra forma. Seguirá participando en carreras populares y disfrutando del deporte como tal, pero ya no competirá con la elite. Se marcha uno de los grandes del atletismo pitiuso.