El presidente del FC Barcelona, Sandro Rosell (i) , durante la rueda de prensa que ofreció en las instalaciones del club en la comunicó que ha presentado la dimisión irrevocable. | Efe

El presidente de FC Barcelona, Sandro Rosell, dimitió ayer en una reunión de urgencia con sus directivos en el Camp Nou, un día después de que el juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz admitiera a trámite una querella por apropiación indebida en el fichaje de Neymar.

Rosell compareció después ante los medios de comunicación en una repleta sala de prensa del Camp Nou, donde leyó un comunicado razonando su adiós, durante cinco minutos, y sin admitir preguntas. En esta comparecencia, Rosell ha explicado que su decisión de dimitir es para preservar la imagen del club ante «ataques injustos» y ha denunciado que «desde hace tiempo» tanto él como su familia han sufrido «en silencio amenazas y ataques» que le han hecho pensar «si ser presidente significa tener que poner en riesgo» a su familia.
«En los últimos días, una injusta y temeraria acusación de apropiación indebida ha desembocado en una querella contra mí en la Audiencia Nacional. Desde el primer momento, he dicho que el fichaje de Neymar Junior es correcto y que la contratación ha provocado la desesperación y la envidia de algunos de nuestros adversarios», aseguró.

Rosell abandona la presidencia cuando aún le quedaban dos años y medio de mandato, y se consuma un hecho que ha causado un gran impacto en el barcelonismo desde ayer por la mañana, cuando se conoció que meditaba su adiós por considerar incompatible su cargo con una posible imputación.

No hay urgencia


El juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz admitió a trámite la querella interpuesta por el socio del club Jordi Cases por apropiación indebida en el fichaje de Neymar. No obstante, en el auto en el que comunicaba la admisión a trámite de la querella, Ruz consideró que por el momento no es «de urgencia» llamar a declarar «como imputado» a Rosell hasta que se practiquen varias diligencias, entre ellas, pedir a la FIFA la documentación del fichaje y al jugador el contrato que firmó con la sociedad N&N, propiedad de su padre, por el que le cedía sus derechos.

Tras su renuncia, Rosell pone punto y final a tres años y medio como presidente, y deja al frente de la institución al vicepresidente Josep Maria Bartomeu, quien ha asegurado que se mostrará «firme, con exigencia y máximo respeto» ante todos los estamentos políticos, judiciales y deportivos que afecten al club.
Esta crisis abre ahora un tiempo de incertidumbre en el seno del club azulgrana que ve cómo los problemas institucionales copan la atención mediática.