Jordi Tur, ayer junto a un árbol del Parque de la Paz, en Vila. g Foto: TOMÁS SÁNCHEZ

El ibicenco Jordi Tur (19-05-1998) sigue creciendo. Y lo hace a pasos agigantados. El jugador del Barcelona, que se formó en la Penya Blanc i Blava y jugó en el San Rafael la temporada anterior, se incorporó este verano a La Masía para jugar en el juvenil B azulgrana, de Liga Nacional Juvenil, y se ha convertido prácticamente en un fijo a base de trabajo, sacrificio y, por supuesto, talento. Tanto es así que, además de ser una pieza básica en el conjunto barcelonista, ha sido convocado por la selección catalana para disputar este fin de semana la primera fase del Campeonato de España por autonomías.

La llamada

En apenas cinco meses en la Ciudad Condal se ha ganado el respeto de todos. No es fácil adaptarse en tan corto periodo de tiempo a un nuevo ritmo de entrenamiento ni a la exigencia de un club tan grande, pero él lo ha conseguido hasta el punto de que, aún siendo juvenil de primer año y nuevo en la zona, se ha ganado la llamada del combinado catalán. Y eso nadie se lo ha regalado. De hecho, la primera convocatoria le llegó por sorpresa y debido a que algunos futbolistas fijos se encontraban entonces concentrados con la selección española. «Un lunes entré al vestuario y me dijo el entrenador que al día siguiente estaba convocado por la catalana. Le pregunté si me estaba tomando el pelo, porque se lo había dicho antes a otro y a mí no. Me dijo que no era así, y se debía a que faltaban los de la selección española. Me salieron bien las cosas y me volvió a llamar una y otra vez hasta que he sido convocado para el campeonato nacional», recuerda Jordi.

El destino ha querido que se enfrente con la elástica de la ‘senyera’ precisamente al combinado balear, al que defendió el año pasado. Delante tendrá excompañeros como el también ibicenco Adrián Luna, jugador de la Peña Deportiva con el que la campaña pasada compartía vestuario en Sant Rafel. «Coincide que jugaré contra él, que es mi amigo, pero en el campo ya no lo será tanto», afirmó entre risas el futbolista. «Ya nos hemos mensajeado. Me ha dicho que me hará un caño, pero, como me lo haga, verá lo que es bueno. Lo tengo claro», bromeó.

La adaptación

Su aclimatación al club, del que destaca «la humildad», ha sido inmediata. «Mejor, imposible. Era lo que quería. Todo ha ido sobre ruedas. Al principio, noté que el ritmo es muy alto, mayor que aquí, pero me he adaptado», indicó el centrocampista. En Can Barça se ejercita más horas que en Eivissa y el control es mucho mayor: «Cada lunes nos controlan el peso. Nos estudian también los ángulos de rotación de la rodilla y cadera, la plasticidad, la masa muscular, etcétera».

El ibicenco comenzó como titular en el primer partido de liga, que desafortunadamente se saldó con derrota, y en los dos siguientes encuentros actuó saliendo desde el banquillo. Recuperó posteriormente la titularidad y sólo una lesión muscular le impidió jugar un par de partidos. Sobre el hecho de contar en el once inicial con asiduidad, Tur comentó que «es algo que hay que ganarse en los entrenamientos».

Su técnico le exige, tanto a él como al resto, «dar el máximo». «El equipo está entrenando a tope. Estamos increíbles. Los resultados irán llegando poco a poco. Estamos en un bache, porque no vamos primeros, pero creo que esta liga es nuestra», subrayó el centrocampista, optimista a pesar de que van terceros a ocho puntos del Espanyol. «Costará cogerle, pero pinchará», comentó al respecto.

Gradas infernales

Jugar con la camiseta del Barça supone una gran responsabilidad y estar en el ojo de todos. Por eso, cada partido a domicilio es una visita al infierno. «En casa, los partidos no son tan duros, porque está todo el mundo más callado, pero los aficionados contrarios, cuando vas fuera, parecen merengues. Nos acribillan. Empiezan a gritar y juegas en una olla a presión», afirmó el jugador, que ha marcado tres goles en Liga Nacional Juvenil y se estrenó como goleador en pretemporada ante el Legia de Varsovia en un torneo en Eslovaquia, ante una grada poblada por 3.000 espectadores. «Entramos al campo y nos pusieron el himno de la Champions. Mirabas arriba, veías todo lleno de gente y decías ‘¿Esto qué es?’. Me impresionó».

El primer equipo

El hecho de pertenecer al Barça le permite, lógicamente, tener el privilegio de presenciar los encuentros del primer equipo e interactuar brevemente con ellos. «Nos dan entradas para los partidos y he visto bastantes», declaró Jordi, que ha podido fotografiarse con Neymar y Puyol. «Cuando podemos, si no hay instituto o es día festivo, nos llegamos a ver si nos encontramos a alguno», dijo.

Retos

Para 2015, Tur pretende «seguir haciéndolo y trabajando como hasta ahora». «Así llegarán los resultados», agregó el futbolista, uno más de los que sueñan con «llegar algún día arriba». «Para eso trabajamos todos», comentó el ibicenco, que comparte vestuario con jugadores de primer nivel a los que augura un gran futuro, tales como Carles Aleñá –conocido como el Maradona de la cantera–, Carlos Pérez, Dani Morer, Marc Cucurella, Oriol Busquets, Juan Brandariz ‘Chumi’ y Álex Blanco, con el que comparte habitación en La Masía. Todos ellos aspiran a llegar a la elite del fútbol, al igual que Jordi Tur, una promesa del fútbol ibicenco que ya está brillando en Can Barça.