Bartolomé Escandell.

Uno de los españoles más cultos de la segunda mitad del siglo XX, siempre muy pendiente de su isla, fue el ibicenco Bartolomé Escandell Bonet (1924-2012). Desgraciadamente su figura se va difuminando. Sorprende que un hombre de su peso intelectual no esté siendo recordado institucionalmente al menos en su tierra aunque es cierto que son malos tiempos para la lírica, sobre todo si no se pertenece a cierto pensamiento único. Lo cierto es que la importante obra erudita y académica del Escandell está impresa y reluce. Y eso es lo que vamos a esbozar levemente en este WKND.

Tuve la fortuna de tratar, frecuentar y aprender en Madrid del profesor Escandell. Recuerdo su amabilidad y su generosidad, especialmente cuando me invitaba a paella en un excelente restaurante que estaba al lado de su casa, situada en lo que entonces era la zona más moderna de la capital. En su magnífico piso tenía un impresionante piano de cola y cuando le visitaba siempre caía la llamada de alguna personalidad. Y es que el profesor Escandell fue profesor de la Universidad de Alcalá, donde uno de sus alumnos sería el príncipe y actual rey Felipe VI, y especialista en dos temas hispánicos universales, el cardenal Cisneros y el mundo cisneriano y la Inquisición en España y América. Precisamente, en este asunto era la la máxima autoridad mundial como se demuestra leyendo su monumental Historia de la Inquisición en España y América editada en 2000 por la Biblioteca de Autores Cristianos. Además, fue el primer ibicenco nombrado catedrático de Universidad y entre sus distinciones destaca su nombramiento de académico de la Academia de la Historia de Portugal.

Uno de los grandes americanistas españoles por derecho propio

Escandell es por derecho, miembro del grupo de grandes americanistas españoles junto a Antonio Ballesteros Beretta, Rumeu de Armas, Pérez de Tudela o Alfonso Enseñat Villalonga que acaba de desentrañar, en un libro publicado por la editorial Marcial Pons, los orígenes genoveses de Cristóbal Colón. Y en lo que atañe a Baleares forma parte de la triada de grandes historiadores que han producido las Pitiusas junto Isidoro Macabich Llobet (1883-1973) y Joan Marí Cardona (1925-2002).

Sobre su maestro y amigo, mossèn Macabich escribió el historiador ibicenco un gran artículo en la revista Eivissa el mismo año del fallecimiento del archivero-canónigo. En el mismo escribe: Es pot dir que ningú abans d’ell, i ningú com ell, ha tingut una coneixença més completa dels papers conservats a l’illa, i ningú ha sotmès a una tan àmplia explotació crítica els fons arxivístics locals. Llevó a cabo estudios de investigación entre los que destacan su Aportación a la historia de las murallas renacentistas de Ibiza de 1970 y el grueso de su obra pitiusa está recogida en Ibiza y Formentera en la Corona de Aragón, dividida en cuatro tomos publicados por la editoriales El Tall y Lleonard Muntaner. En total suman tres mil páginas elaboradas durante quince años de trabajo que transitan entre el siglo XIII y el XVIII.

Además, Escandell nos regaló varios libros en los que exponía su visión de la historia en sentido metodológico. En ellos explicaba las herramientas que el historiador tiene para investigar de una forma rigurosa la documentación. Una visión que no tenía, lógicamente, nada que ver con el marxismo, ni con la memoria histórica que ahora nos venden los estultos. En cierto sentido el tiempo le va dando la razón porque lo que más le importaba era dar con la verdad le gustara (o no) a Agamenón, a su porquero o al político de turno.

También fue amigo de Marià Villangómez, hermano de la escritora Pepita Escandell, hijo de quien fundó el Hotel España, el primero que tuvo Ibiza. Además, transitó por las universidades de Valencia, Oviedo, Salamanca, las norteamericanas de Pennsilvania y Virginia y finalmente en la de Alcalá de Henares, de la que fue uno de los refundadores. Tuvo importantes cargos en el Ministerio de Educación, cuando la enseñanza pública en España era todavía de primer nivel. En Ibiza creó la Universidad del Mediterráneo que organizaba nutridos cursos internacionales y fue un acicate cultural para las Pitiusas que tal vez ahora se echa en falta.

Su hija Victoria es catedrática de Lingüística de la Universidad a Distancia. Su tumba está en la cripta de la catedral de La Almudena de Madrid y sería deseable que una calle de Ibiza llevara el nombre de quien dedicó tantos años a estudiar y propagar la cultura pitiusa.

Autor de la Historia del Real Madrid en 2002

Bartolomé, a petición de Florentino Pérez, fue el encargado de coordinar la Historia del Real Madrid (1902-2002). Lo hizo en dos volúmenes que sumaban casi 800 páginas y que se publicó en 2002 con motivo del centenario de esa entidad. Es una historia rigurosa que trasciende al mencionado equipo de fútbol y que fue prologada por el entonces director de la Real Academia de la Lengua, Fernando Lázaro Carreter. Se trata de un recorrido por los cien últimos años de la Historia de España además de tocar aspectos históricos hasta ahora desconocidos como la administración y entresijos del considerado club de fútbol más importante del mundo.

Primer contacto con Bartolomé Escandell hacia 1990

Hacía 1990 cuando yo trabajaba en Gráficas Miramar, la imprenta de Mallorca de la que salieron casi todos los libros importantes que se publicaron en mallorquín y castellano durante el franquismo, iba mucho por allí el catedrático de Historia de la UIB Josep Juan Vidal, quien había sido alumno en Valencia de Escandell. En esos momentos yo coordinaba un libro titulado América y Mallorca y justamente la aseguradora Mapfre le había encargado al profesor un libro sobre “Baleares y América” para celebrar el V Centenario del Descubrimiento de América. Se iba a editar un tomo de las relaciones de cada autonomía con el Nuevo Continente. Lleonard Muntaner, de la imprenta Miramar, me habló del asunto y me puse en contacto con Escandell. Le mandé el material que pude y él escribió el prólogo además de dar a la luz un gran libro lleno de erudición sobre los baleares y pitiusos que estuvieron en América y que publicó Mapfre.

A raíz de esta colaboración lo visité mucho en Madrid y tengo un gran recuerdo de él. La última vez que lo vi, yo me iba a Ecuador y fue en un acto en el matritense Círculo de Bellas Artes en el que se presentaron las memorias dictadas del padre Batllori. Finalmente, Lleonard y José Juan Vidal editarían los cuatro tomos dedicados a la Historia Moderna de Ibiza que en los últimos años de su prolífica vida escribió Escandell.