Sentarse en un bar, una terraza, o un restaurante no eximirá del uso obligatorio de la mascarilla excepto en el momento preciso de tomar la consumición o el ágape. Es una de las medidas que recoge la modificación del decreto de nueva normalidad que debe publicarse hoy mismo en el BOIB y que finalmente entrará en vigor el próximo lunes, según confirmó ayer Salut.

No usar mascarilla en los términos que recoge el documento podrá penarse con una sanción de hasta 100 euros. Los establecimientos que lo consientan, además, pueden ser multados con hasta 3.000.

Las medidas se toman porque si bien la situación epidemiológica de Balears, (con una incidencia del 1,57 casos por 100.000 habitantes en los últimos siete días) es buena, «nos preocupan las imágenes de aglomeraciones y que se relajen las precauciones», dijo la asesora técnica para el desconfinamiento, Margalida Frontera.

Las excepciones en el uso obligatorio de las mascarillas también contemplan hacer deporte, acudir a la playa o a la piscina, o tocar un instrumento musical de viento. Respecto al lugar de trabajo, cada empresa podrá decidir qué hacer pero los trabajadores deberán llevar mascarillas si no se garantiza entre ellos un metro y medio de distancia.

Lo mismo sucede con las reuniones familiares en al ámbito privado del hogar donde habrá que llevar mascarilla si no se mantiene el espacio de seguridad. Los encuentros familiares o de amigos tendrán un cupo máximo de 30 personas en espacios abiertos y de 70 en cerrados. Lo mismo que en las bodas u otras ceremonias cuyo aforo máximo también se ha modificado.

Por otra parte, los locales de juegos y apuestas, como ya sucede con los de ocio, tendrán que cerrar como tarde a las dos de la mañana. Además está prohibido el uso de cachimbas, pipas de agua o asimilables por su riesgo de contagio.

Los que ganan en flexibilización son los establecimientos infantiles que ya no limitarán su uso a una hora, o los taxis o el transporte discrecional que puede ocuparse al 100 %. Eso sí, la mascarilla también es obligatoria en los medios de transporte, incluido el coche privado si no se va solo o con algún conviviente.

Las medidas se toman ahora porque más vale prevenir que curar y la intención es avanzarse a una situación problemática. Ya hay diez brotes activos en Balears, la gran mayoría producidos en el ámbito familiar, que es el que más preocupa a las autoridades. «Cuando estamos con gente de confianza relajamos la precauciones y olvidamos que el peligro es el mismo», añadió Frontera, quien explicó que desde el Govern «seguimos con preocupación la situación de otros lugares y aprendemos de las medidas que podemos poner en marcha para proteger más la sociedad. Una situación controlada puede convertirse en preocupante y va en ello la salud, nuestra forma de vida y la economía».

Las restricciones no convencen a la patronal CAEB, que asegura que «aplicar prohibiciones y medidas coercitivas es la salida más cómoda para las administraciones» y advierte de que ser más restrictivos que los países de origen de los turistas «desestimulará a los mercados emisores».

Por su parte, la patronal de la pequeña y mediana empresa (PIMEM) cree que las medidas no juegan «en contra de la temporada turística», sino que «refuerzan el mensaje de seguridad».

La asesora del Govern para el desconfinamiento recordó que llo adoptado en esta resolución es revisable en función de cómo evolucione la pandemia. De momento, el Govern la acompañará de un decreto ley que regule la inspección y sanción en caso de incumplimiento.