La negativa de la Delegación del Gobierno no ha parado al sector de la restauración este martes. Cientos de personas se han concentrado frente al Consolat de Mar a las once de la mañana, pese a no contar con la autorización, para protestar por las últimas medidas acordadas por el Ejecutivo para hacer frente a la alta incidencia de la COVID-19 en Baleares y que pasa por el cierre a partir de este miércoles, y hasta febrero, de los bares y restaurantes de Mallorca e Ibiza. La protesta, ajena a las patronales del sector, ha reunido a centenares de empresarios y trabajadores afectados, que han pedido una y otra vez la dimisión de la presidenta del Govern al grito de «Armengol, dimisión». «Tengo hambre», «Basta ya», «El pueblo, unido, jamás será vencido», ... han sido otros de los mensajes que han lanzado los manifestantes, que se han presentado además con pancartas y carteles para dar cuenta de la compleja situación que viven ante un nuevo cierre de sus negocios. Tras una hora de concentración, las personas congregadas han dirigido sus quejas hasta la sede del Parlament balear.

Los manifestantes se quejan de que las autoridades les han dejado solos y que los autónomos se quedan sin recursos y sin ayudas. Lo han hecho de manera multitudinaria frente a la sede del Govern balear y sin guardar las distancias de seguridad que establecen los protocolos sanitarios, motivo por el que Salut desaconsejaba este lunes en un informe su autorización.

La convocatoria se ha seguido desde toda Mallorca. Los bares de sa Pobla han cerrado para poder desplazarse hasta Palma y participar en la protesta, que una vez arracanda se ha ido extendiendo y ha bloqueado la circulación por el Paseo Sagrera.

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Efectivos de la Policía Nacional se han personado en la zona del Paseo Marítimo para controlar la situación y Delegación de Gobierno ha confirmado a este periódico que se sancionará a los convocantes de la protesta no autorizada y a quienes desobedezcan a la autoridad.

A la media hora de la protesta, los participantes han lanzado un unísono «Queremos trabajar», reclamando así al Govern la vuelta atrás a una decisión que está previsto que entre en vigor esta media noche, tal y como publica el BOIB.

Casi a la hora de la concentración, el ambiente se ha ido caldeando y muchos han pedido que algún representante del Govern saliera a dar la cara. Agentes de la Policía Nacional han realizado un cordón a las puertas de la sede del Govern. Los manifestantes, al no tener respuesta, se han dirigido hasta el Parlament para continuar con sus reivindicaciones con gritos y bengalas. Aquí se han viviendo quizá los momentos más tensos de la protesta, que antes de las doce y media se ha ido disolviendo.