Jaime Far, este jueves en el Parlament.

La corrupción sigue presente en Baleares o al menos es lo que piensan las 512 personas que han contestado a una encuesta realizada por la Oficina Anticorrupción y cuyos resultados presentó este jueves su director, Jaime Far. El 54 por ciento de quienes respondieron creen que el nivel de corrupción en las islas es alto o muy alto, pero el dato más llamativo sea tal vez que el 46 por ciento de quienes respondieron a la encuesta asegura que ha sido víctima o testigo de un caso de corrupción.

El director de la Oficina, Jaime Far, aseguró que este dato tan elevado puede deberse a un sesgo provocado por el hecho de que quienes han sido víctimas o testigos de casos de corrupción eran más proclives a contestar al cuestionario que planteó la Oficina Anticorrupción. El director fue claro: «La realidad es que la corrupción no está tan extendida como se percibe en la encuesta», dijo Far, quien señaló que esta percepción puede deberse a la presencia de este asunto en los medios de comunicación.

El catedrático de Economía Aplicada de la Universitat de les Illes Balears, Andreu Sansó, ha participado en la sistematización de los datos de la encuesta. La mitad de quienes participaron en la encuesta cree que Balears tiene más o menos lo mismos niveles de corrupción que otras comunidades autónomas.

Hay un 40% de los participantes que cree que la corrupción se ha mantenido en los últimos cinco años, mientras que un 28 por ciento considera que ha aumentado y un 30 por ciento, que ha disminuido. Es muy significativo que, entre los funcionarios, el porcentaje de quienes creen que la corrupción ha disminuido se eleva al 40 por ciento.

Las percepciones

En la encuesta también se debía contestar en qué ámbitos se da con más facilidad la corrupción y la justicia es el que sale per parado, seguido de los servicios sociales y la educación. Por lo que respecta a la honestidad de los cargos políticos, quienes respondieron a la encuesta aseguraron que se da con mayor intensidad en la administración local, mientras que entre los funcionarios, la opción mayoritaria era la Administración del Estado.

Los encuestados creen, en general, que los vínculos entre la política y los negocios son demasiado estrechos y en su inmensa mayoría consideran que los políticos no hacen todo lo que les corresponde para luchar contra la corrupción.