Controlados. Los acontecimientos de más de 500 asistentes en interiores y 2.500 en exteriores serán los primeros en necesitar un documento similar al del pasaporte COVID para poder celebrarse con seguridad. | Marcelo Sastre

La semana pasada el Govern le pedía al Estado la regulación del pasaporte COVID para acceder a grandes eventos. Vista la negativa a hacerlo, al menos hasta que la vacunación sea accesible a toda la población diana, ayer se pasó al plan B: usar un sistema similar para garantizar la seguridad en residencias, campamentos de verano o grandes acontecimientos.

Respecto a las residencias, a partir de hoy mismo se restringen las visitas sólo a personas completamente vacunadas, que demuestren haber pasado la enfermedad en los seis meses anteriores o que presenten una prueba de COVID negativa, si es PCR, 72 horas antes, o si es test de antígenos, 48.

Se exime de este requisito a los menores de 12 años aunque se les recomienda extremar las medidas de precaución, ya sea con el correcto uso de mascarilla, la distancia de seguridad o acudir a lugares ventilados.

Por otra parte, las salidas de residentes al exterior se permitirán con un consentimiento previo en el que se garantice que, durante el tiempo en que estarán fuera, los usuarios sólo se relacionarán con personas que cumplan los requisitos anteriores.

Para los trabajadores no vacunados de estos centros se abre una auténtica gincana médico-laboral: si no han estado enfermos en los últimos seis meses se tendrán que someter a tres test anti COVID semanales, de los que al menos dos tendrán que ser PCR.
En Baleares hay censados 7.128 empleados de geriátricos de los que 6.447 han recibido al menos una dosis (el 90,45%) y de éstos 6.280 tienen pauta completa (88,10%). Y es que según los últimos datos de Epidemiología, en las Islas hay ahora 73 positivos activos entre los usuarios de residencias y 51 trabajadores con el diagnóstico confirmado.

Noticias relacionadas

Actualmente, en sa Residència hay 37 usuarios positivos, de los que 14 están hospitalizados y 11 trabajadores; en Can Blai tres usuarios y dos trabajadores; en cas Serres, un usuario y dos trabajadores y en la Reina Sofía, un usuario hospitalizado y un trabajador.

Como la intención del Govern es limitar la generación de brotes en los ámbitos de especial riesgo, bien sea por haber personas vulnerables, o bien por la naturaleza de los acontecimientos, los monitores que participen en campamentos de verano tendrán también que someterse a test semanales antes del inicio de la actividad.

A partir del 14 de agosto
En relación a los grandes acontecimientos (los que superan los 500 asistentes en interiores y 2.500 en exteriores), el Govern aprobó ayer que los asistentes mayores de 12 años acrediten una doble vacunación, haber pasado la enfermedad o un test antiCOVID a partir del 14 de agosto. Para comparar el alcance, cabe recordar que el concierto de la Plaza de Toros en el que se extendió uno de los más fatídicos megabrotes de COVID, no se consideró un gran espectáculo al reunir a cerca de 2.000 personas en el exterior.

Todas estas medidas, aprobadas ayer por la Mesa de Diálogo Social convocada por el Govern, se mantendrán hasta el 23 de agosto, coincidiendo con la revisión de la limitación de la movilidad entre las 1 y las 6 horas que se autorizó con el visto bueno del Tribunal

Superior de Justicia.
Además, el portavoz del Govern, Iago Negueruela, advirtió que en septiembre se seguirá trabajando con los diferentes sectores para hacerlas extensibles en más ámbitos como el ocio nocturno, ya que «la vacunación es la clave para la recuperación por lo que hacemos un llamamiento al conjunto de ciudadanos», dijo.