Siete sindicatos médicos reclaman que se vuelven a hacer pruebas PCR a los pacientes que requieran ingreso hospitalario o intervención quirúrgica. También rechazan la «normalizanción» de la pandemia. | MIQUEL A. CAÑELLAS

Los efectos de la séptima ola de coronavirus ya se empiezan a notar con intensidad. En los hospitales públicos y privados de Baleares ayer había 332 pacientes ingresados con COVID, un 50,9% más que hace solamente una semana, cuando había 220 enfermos con el virus, según datos facilitados por el IB-Salut que incluyen tanto a los que están en planta como en la UCI. El incremento sitúa a las Islas en el nivel de casos de la primera mitad de febrero.

El virus también ha disparado los casos positivos entre los usuarios de residencias, pasando de los 67 que había el 23 de junio a los 108 confirmados ayer. De estos, hasta 17 están hospitalizados, 14 en Mallorca, dos en Ibiza y uno en Menorca. Por lo que respecta a los trabajadores de estos centros, ayer había 75 contagiados en el conjunto de las Islas, 29 más que hace una semana.

Más incidencia en las Pitiusas

De los casos detectados este pasado miércoles, 132 corresponden a Mallorca, 70 a Ibiza, 37 a Menorca y cinco a Formentera. En Ibiza, hay que lamentar la muerte de un hombre de 47 años, usuario de una residencia.

En cuanto a la incidencia acumulada en los últimos 14 días cabe destacar que la cifra más elevada se encuentra en Formentera, con 580 casos por cada 100.000 habitantes, seguida de Ibiza con 463 casos por cada 100.000 habitantes. A continuación se encuentra Mallorca con 379 casos y, por último, Menorca con 232 casos por cada 100.000 habitantes.

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La valoración

El jefe de Medicina Interna de Can Misses, el doctor Ramón Canet, explicó ayer en declaraciones a Radio Ibiza Ser que Ibiza y Formentera están inmersas en una nueva oleada de coronavirus y que la tendencia en las próximas semanas es que los casos positivos sigan aumentando. Afirmó, además, que la mayoría de personas que ahora mismo están ingresando son personas mayores que tienen las tres dosis de vacunación y recordó que este colectivo fue el primero en tener la pauta de tres dosis completa, por lo que su nivel de inmunización ha ido decayendo con los meses. Afirma, además, que hay dos subvariantes de ómicron que están predominando actualmente.

Por su parte, la consellera de Salud, Patricia Gómez, aseguró que no se ha planteado pedir al Gobierno que vuelva a obligar o, como mínimo, recomendar llevar mascarilla. «No estamos en ese escenario», afirmó, aunque dijo que es recomendable que las personas con una salud vulnerable la sigan llevando en espacios cerrados o en lugares donde haya mucha gente aglomerada.

Asimismo, Gómez recomendó ponerse la tercera dosis de la vacuna contra la COVID. «Si te la pones, los síntomas son mucho más débiles», añadió. El director general del IB-Salud, Juli Fuster, apuntó que la nueva variante del virus es «menos agresiva y letal» porque los síntomas duran menos tiempo, dijo, concluyendo que siempre hay casos excepcionales.

Ante el avance del virus, hasta siete sindicatos, como SATSE y SIMEBAL, pidieron este jueves a la Conselleria de Salut que reabra de nuevo las unidades COVID con circuitos bien definidos, debido «a la presión asistencial y la falta de previsión ante el aumento de ingresos de pacientes COVID», según advirtieron en un comunicado.