Robar en La Consentida, un popular bar situado a unos 50 metros de la Jefatura de la Policía Nacional, no ha sido la mejor decisión que han tomado estos tres jóvenes ladrones. | Youtube Ultima Hora

Robar en La Consentida, un popular bar situado a unos 50 metros de la Jefatura de la Policía Nacional, no ha sido la mejor decisión que han tomado estos tres jóvenes ladrones. La calma con la que actuaban tras forzar las puertas del local, captada por las cámaras de vigilancia, hacía pensar que lo tenían todo controlado. Pero ni mucho menos. Tras saltar las alarmas y en una actuación que requirió un desplazamiento mínimo, el Grupo Rayos de la Policía Nacional (unidad motorizada) se presentó en el lugar de los hechos y detuvo a los ladrones. Uno de ellos tiene tan solo trece años y es inimputable.

Todo ocurrió en la noche del pasado domingo. El mencionado bar se encontraba cerrado y por la calle de Simó Ballester la actividad era mínima. Tan solo algunos agentes de la Policía Nacional, al final de la calle y esquina con Passeig Mallorca, entraban y salían de la Jefatura. Sobre las 22.00 horas, en la misma calle y tan solo a unos metros, tres jóvenes encapuchados forzaban la puerta del establecimiento. Una vez dentro del local los ladrones accedieron al interior de la barra y cogieron todo lo que pudieron: entre 150 y 200 euros en monedas, dos ‘walkie-talkie’ y tres teléfonos móviles que utilizaban los camareros. Acto seguido, procedieron a servirse unas copas.

Simultáneamente a todo esto, el propietario del negocio, que se encontraba en su casa, recibió una alerta en el móvil de la alarma que tiene en el establecimiento. Tras visualizar la cámara de seguridad, que poco después fue dañada por los ladrones, se dirigió de inmediato al lugar no sin antes avisar a la Policía Nacional. A su llegada, los agentes ya habían procedido a la detención de los tres individuos.

El trío de ladrones estaba formado por dos jóvenes de veinte años y un menor de trece años, fugado de un centro tutelado y con un historial muy conflictivo. Este último, al ser inimputable, fue trasladado de nuevo a un centro de menores a decisión de la Fiscalía de Menores. Los otros dos se enfrentan a un delito de robo con fuerza en las cosas. El valor estimado de lo que pretendían robar, sumado a los daños en la puerta, caja registradora y en la cámara de vigilancia, ronda los 800 euros.