En medio, la pastora Carla Wendy junto a otras familias evangelistas que acuden esporádicamente a este local, ubicado en Palma.

Se hacen llamar los mensajeros de la palabra de Dios. Son evangelistas del Ministerio Apostólico y Profético Amiasaf Sama («en su presencia»), una congregación ubicada en Palma en un peculiar local de la calle General Riera. Estos creyentes son guiados por lo que establece, y tiene para ellos, el Espíritu Santo. La pastora de esta pequeña agrupación poco conocida es Carla Wendy y es originaria de Bolivia. Tenía un alto cargo público en su país cuando, hace 15 años, su iglesia le mandó como misionera a Mallorca. Fue la primera pastora en un contexto social donde solo había presencia masculina. Hoy hay muchas más pastoras.

La proliferación de esta religión en Mallorca se debe al aumento de la comunidad latina, que mayoritariamente es evangelista. Sobre todo, este crecimiento lo notaron desde la pandemia. Se estima que hay unos 10.000 evangelistas en Baleares. Carla Wendy es además profeta (predice y siente a Dios) y cuenta con el apostolado (una enviada o mensajera del evangelio). Ayuda a las familias que tienen alguna crisis o dificultades. Ella además tiene el don del discernimiento. Esto significa que tiene el poder de reconocer y sentir aquellas «malas energías» en las personas.

Ceremonias

Es posible que alguna vez el vecindario se haya percatado de algún grito extraño en el local. Los evangelistas de Amiasaf Sama realizan esporádicamente actos para sanar. «Son ceremonias para orar, mejorar y ayunar. Liberamos a la persona con la sangre de Jesucristo. Tiene este poder, es un elemento fuerte espiritual», explica la pastora. Durante estos años en la Isla, Carla Wendy realiza con su grupo escapadas a las cimas de las montañas. Estas excursiones se llevan a cabo para localizar malos espíritus. «Hemos detectado que en Mallorca hay demasiada brujería. Hemos visto altares que han sido levantados y crucifijos», avisa la pastora. Eso por ello que cada vez que detectan estas vibraciones lo sanan con las oraciones y colocan una bandera blanca para declarar el punto «en paz». Para Carla Wendy: «Jesús es mi salvador». Le salvó cuando tenía 19 y estaba embarazada. Había sufrido una infidelidad. A ella la sanaron.