El autor de la tesis, Aitor Martínez.

El mallorquín Aitor Martínez es el autor de una tesis recién presentada por la Universitat de les Illes Balears (UIB) sobre los impactos del alquiler turístico en el Archipiélago. El trabajo, que lleva por título Alquiler vacacional: estado actual de la investigación y análisis de sus impactos en las Islas Baleares, desgrana los efectos positivos y negativos de la actividad en la comunidad justo en un momento en que «están creciendo las voces críticas en torno a su sostenibilidad»; un hecho recogido en recientes estudios de todo el mundo que reflejan «un incremento de los impactos negativos en detrimento de los positivos».

El autor de la tesis insiste en que el futuro de este segmento del sector turístico debe pasar por la intervención directa de la Administración pública, que ha de ofrecer regulaciones que protejan el bienestar de los ciudadanos. «Es un deber fundamental de los poderes públicos», señala Martínez a la vez que se muestra partidario de dar nuevas potestades a los ayuntamientos para impulsar normativas de orden municipal en esa dirección.

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«Las voces críticas están aumentando en ciudades como Palma, Barcelona, Madrid, Viena, Berlín... Y en ese ambiente, la turismofobia es una reacción social que se da, sobre todo, en muchos jóvenes que ven que no pueden acceder a una vivienda digna y responsabilizan de ello al alquiler vacacional».

El encarecimiento de la vivienda es uno de los impactos negativos que enumera la tesis, a los que liga otros como el desplazamiento de la población residente hacia la zona rural y la gentrificación de las ciudades.

No obstante, alerta de que no debe ponerse todo el foco en el alquiler vacacional, puesto que la oferta de alojamiento turístico tradicional tiene un peso mucho mayor en esa sensación de masificación de los espacios públicos. «Los hoteles son evidentemente los que provocan un mayor impacto porque son los que tienen más plazas turísticas; en Baleares tienen el 75 %, por lo que sus efectos son mayores que los del alquiler vacacional», señala para matizar que, en todo caso, este último segmento, a diferencia de los hoteles, sí es responsable directo de molestias en los edificios de viviendas.

El texto concluye que la regulación es condición sine qua non para potenciar los efectos positivos de esta actividad -revitalización de la economía de un territorio, intercambio cultural...- sobre los negativos, a pesar de que las diferentes entrevistas recogidas en la tesis abarcan un abanico muy amplio de soluciones que van desde las estrategias más radicales de limitación o decrecimiento a las regulaciones más permisivas. Asimismo, se aborda el problema de la oferta ilegal proponiendo mecanismos de control que articulen la imposición de fuertes sanciones no solo para los propietarios, sino también para los propios turistas.