Agentes de la Guardia Civil practicaron la detención de los tres acusados de traficar con droga. | A. SEPULVEDA

Fin del trayacto. Agentes de la Guardia Civil han detenido a tres personas acusadas de entrar más de 23 kilos de droga en la Isla. Concretamente, 7,7 kilógramos de cocaína de gran pureza y otros 16 de hachís. Los hechos se remontan al pasado viernes cuando un agente canino de la Benemérita detectó sustancia estupefaciente en dos paquetes sospechosos que habían llegado en avión a través de una conocida empresa de paquetería. A partir de ese instante, se realizó una entrega controlada de la mercancía. Los bultos sospechosos fueron entregados a una mujer que ejerce de portera en unos edificios de Santa Ponça desde hace más de 20 años. Supuestamente, los dos paquetes eran propiedad de su hijo.

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Paralementamente, un joven sevillano de unos 27 años y residente en Alcalá de Guadiana, también fue arrestado a su llegada a la Isla por la implicación en el envío de dicha sustancia. Una vez aquí, los agentes de la Benemérita descubrieron que la paquetería se enviaba a dos direcciones distintas de Calvià. Una de ellas, a la portería donde se procedió a la detención de la madre y su hijo y, otro domicilio que era el utilizado por el joven sevillano cuando llegaba a Mallorca. Nada más entrar en los juzgados, uno de los principales acusados comenzó a gritar: «Yo no quiero entrar en prisión. Tengo los nombres y teléfonos de todos. Yo no quiero entrar en prisión».

Debido a la gran cantidad de sustancia estupefaciente, la fiscalía solicitó el ingreso en prisión sin fianza de todos los implicados. El juez de Instrucción número 4 que estaba de guardia el sábado por la tarde envió a todos a la cárcel. La investigación sigue su curso y la Policía Judicial de la Guardia Civil trata de localizar al resto de la organización. El juzgado de Instrucción número 3 será el que a partir de ahora asuma la dirección judicial del caso. Parece que la portera, de forma espontánea, afirmó que la situación es muy complicada y que su hijo lo está pasando mal. Finalmente, no lo ratificó en sede judicial y se declaró inocente.