La zona de es Portitxol durante la mañana del martes. | Alejandro Sepúlveda

«En la víspera de fin de año y cuando llegaba a casa se torció todo», explicó el dueño de un conocido restaurante del Portitxol de Palma que fue agredido y atracado a las puertas de su hogar, después de una larga jornada de trabajo previa a fin de año. «Salí del restaurante con dinero en efectivo para ingresarlo y hacer una transferencia a una empleada y cuando llegué a mi casa me encontré a cuatro individuos, de apariencia sospechosa, que se abalanzaron sobre mi», recordó, el afectado de 62 años, que prefirió mantenerse en el anonimato al recordar su fatídico fin de año. Le quitaron los pantalones, le ataron las piernas con su cinturón mientras observaba impotente cómo le arrebataban el sueldo de una trabajadora y las llaves del establecimiento.

Corrían las 23 horas y la víctima se acercó a un cajero automático, pero al ver que no funcionaba decidió irse a casa con el dinero que tenía que ingresar. «Nunca saco dinero del restaurante, pero tenía que pagar la nómina de una trabajadora y justamente, ese día era final de mes y quería hacerlo antes de día 1», afirmó. «Me tenían estudiado, porque esperaron justo delante de la puerta. Una vez ahí me cogieron del cuello, me tumbaron en el suelo y me ataron las piernas con el cinturón después de quitarme la ropa», insistió.

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El atraco duró «entre tres y cuatro minutos», en el que los presuntos autores del robo se llevaron «850 euros en efectivo, las llaves del restaurante, de la vivienda, el móvil y todo». El damnificado no pudo defenderse del ataque de cuatro individuos que según comentan fuentes policiales «pertenecen a una banda criminal organizada que están realizando hurtos por la zona de El Molinar». «Así como me han dicho los agentes, me habían vigilado durante un tiempo», comentó de nuevo resignado.

El afectado que lleva muchos años regentando uno de los establecimientos míticos de la zona, salió con leves daños en el cuerpo al no poder oponer resistencia ante un ataque de cuatro personas jóvenes y que se dedican a esto. «Por suerte, al no poder defenderme no tengo graves lesiones. Me dejaron tirado en el suelo sin poder moverme y tan solo tengo una contusión en las costillas y arañazos por el cuello», afirmó.