El procesado, a la izquierda de la imagen, junto al traductor durante la vista celebrada en Palma. | J.P.M.

Su comportamiento en el hotel de Platja de Palma en el que estaba de vacaciones le iba a costar la expulsión del mismo. Y cuando el vigilante de seguridad se lo fue a comunicar, después de darle puñetazos y patadas, le mordió en la mano izquierda y le amputó parcialmente la falange distal del dedo índice. El acusado, un turista polaco, reconoció los hechos este lunes ante la jueza y aceptó un año de prisión. Asimismo tendrá que indemnizar a la víctima, asistida por el abogado César Mateo, en 7.500 euros por las lesiones y secuelas.

El procesado, en prisión desde que fue detenido por estos hechos, ocurridos el pasado 3 de mayo, actuó bajo la influencia de las bebidas alcohólicas. Esto le sirvió para que se la apreciara el atenuante de embriaguez. El varón saldrá de la cárcel al quedar la condena suspendida.

Los hechos tuvieron lugar sobre las 5.00 horas en un hotel ubicado en la calle Canonge Mateu Rotger de la Platja de Palma. El perjudicado y otro compañero de seguridad acudieron a la habitación del enjuiciado a comunicarle que iba a ser expulsado del establecimiento por el comportamiento agresivo que había tenido poco antes con un recepcionista. Nada más abrir la puerta de alojamiento se abalanzó contra los empleados. Tras agredirles, mordió con fuerza el dedo de uno de ellos.

El seguridad tardó en curar las heridas 51 días, quedándole como secuelas la pérdida parcial de la punta del dedo. Antes de la vista el acusado consignó 3.000 euros en favor de la víctima. El resto de la responsabilidad civil, 4.500, deberá abonarlos antes de año y medio. Es una de las condiciones, la otra es que no podrá delinquir en tres años, para la suspensión de la pena. La magistrada dictó sentencia 'in voce'.