El «canonge arxiver» firma ejemplares al público asistente al finalizar el acto de presentación del libro. Foto: GERMÁN G. LAMA.

El salón de plenos del Consell Insular lleno a rebosar fue el «homenaje» que recibió Joan Marí Cardona, canonge arxiver de la Diócesis pitiusa, durante la presentación de su libro «Eivissa, passa a passa. Per les vies públiques històriques», editado por el Institut d'Estudis Baleàrics, con la colaboración del Govern balear y el Consell Insular. Un reconocimiento que el canonge aseguró no merecer, aunque lo agradeció sentidamente.

El acto fue presentado por el arquitecto Salvador Roig, quien dijo de Marí Cardona que es una persona que ya no necesita presentación de ningún tipo. Tras recordar que su primer contacto con el canonge fue cuando aún era estudiante de Arquitectura, Roig indicó que el libro no sólo se limita a realizar un enunciado de la nomenclatura histórica de las calles de los barrios de Dalt Vila, sa Penya, la Marina y sa Tarongeta (el actual Vara de Rey), sino que es la historia misma. Además, el arquitecto remarcó que este volumen es un «enorme banco de datos que permite seguir distintos caminos al gusto del lector». «Por ejemplo -continuó Roig-, podemos saber qué familias vivían en determinados barrios» y también «como han cambiado estas calles con el tiempo».

Joan Marí Cardona, tras agradecer la presentación de Roig indicando que «estaba demasiado bien hecha» en lo que a su persona se refería, inició su intervención con un: «Sé perfectamente lo que tengo que decir, pero no sé cómo decirlo». El canonge quiso mencionar que no ha invitado nunca a nadie a los actos en los que él ha sido el protagonista -«no quiero crearle una obligación a nadie», señaló-, pero quiso reconocer el gesto del obispo Agustín Cortés, quien, por primera vez asistió a la presentación de un libro del investigador ibicenco. Marí Cardona incluso se permitió ironizar sobre el asiento que ocupó el obispo durante el acto, entre el público. «Estoy convencido -dijo- de que el conseller de Cultura ha procurado encontrarle un asiento más elevado. Pero no lo hemos conseguido. De todos modos me gusta ver al obispo y al alcalde de Eivissa sentados entre todos los amigos que nos hemos reunido aquí», bromeó.