Los conciertos de Serrat incluyen una selección de los éxitos de sus 35 años de carrera.

JULIO HERRANZ/ TONI LIMONGI El Recinto Ferial del Consell Insular acogerá a partir de las diez de la noche un concierto del cantautor catalán Joan Manuel Serrat, tras diez años de ausencia de la isla. Esta actuación es una de las 30 de la gira que está llevando a cabo por todo el territorio nacional para presentar su nuevo disco, «Sombras de la China», y ha sido posible gracias a la aportación de cuatro millones de pesetas, más los gastos de adecuación del recinto, por parte del Consell Insular: «Hay que tener en cuenta que traer a Serrat a Eivissa cuesta diez millones de pesetas, y sin la aportación de las instituciones el precio de las entradas sería prohibitivo», señaló el conseller de Turismo, Josep Marí Ribas, en la presentación del concierto el pasado día 31. Hay dos tipos de localidades, con asiento sin numerar (a 3.000 pesetas) y de pie (a 2.000).

En una entrevista a Ultima Hora con motivo de la actuación que realizó en Palma el pasado 14 de agosto, Joan Manuel Serrat explicó el alcance de algunas de las canciones de «Sombras de la China», como «Princesa», una de las más populares: «Esta canción habla ante todo del deseo que tiene la gente de progresar. En ella describo el sueño de una madre de clase baja que desea lo mejor para su hija: que triunfe en el mundo del espectáculo. Antes, durante mi juventud, adquirir cultura era un síntoma de progreso. Lo malo es que progresar ahora parece que significa anorexia y top model, con lo que el éxito puede ser más bien un fracaso».

Sobre otro de los temas del disco, «Fe de vida», Serrat aclaró que «es necesario afirmarse en ella porque la vida es lo único que tenemos, nuestra posesión absoluta. De allí van colgando, como perchas, todas las demás cosas». Ante la pregunta de si la nostalgia constituía la espina dorsal de sus letras, el cantante precisó: «En mis canciones no hay nostalgia sino memoria; no hay que confundir estos dos términos. En mi obra hay muchos recuerdos, pero no un deseo de volver hacia atrás, de vivir tiempos lejanos».