En la imagen, croquis de los planos frontal, lateral y anterior de la terracota de la diosa Tanit hallada en Denia. Foto: PEP TUR.

La presentación de una competición de vela en Sant Antoni fue el inusual escenario en el que ayer fue presentado un importante hallazgo arqueológico púnico. Josep Gisbert, director del Museo Arqueológico de Denia, presentó en la isla una terracota de la diosa Tanit-Demeter de 2.200 años de antigüedad encontrada al sur del puerto de aquella localidad alicantina apenas a dos metros de profundidad .

«Fue un hallazgo casual -explicó Gisbert-. Una bomba de succión se estropeó y tuvimos que variar la ruta que íbamos a seguir aquel día por la costa. Entonces hallamos la terracota y un abundante conjunto de piezas de cerámica». La expedición arqueológica formaba parte del proyecto «Fondeaderos antiguos de Denia», iniciativa auspiciada desde 1994 por la Generalitat valenciana y que tiene como objetivo elaborar una carta arqueológica de toda la costa de Denia. «Las piezas -continuó el director del Museo Arqueológico- estaban dentro de una oquedad de roca de unos ochenta centímetros de diámetro por un metro de profundidad, a unos cuarenta metros de la costa. Encontramos muchas piezas de las cuales, una vez estudiadas, un noventa por ciento fueron producidas en Eivissa a finales del siglo III o a principios del siglo II a.C.».

La excepcionalidad del descubrimiento reside en el hecho de que, aunque las relaciones entre el mundo púnico de Eivissa y el ibérico de Denia sean un hecho histórico, aún no se había encontrado una constatación física de esta relación. Además, en el caso de la terracota de Tanit-Demeter, tan sólo es la segunda ocasión en la que se halla una de estas figuras bajo el mar en el Mediterráneo.

«Lo más probable es que la figurita fuera utilizada por los marineros para el culto religioso a bordo del barco, ya que la mayoría de las piezas encontradas a su alrededor corresponden a utensilios domésticos. Sería el ajuar habitual de un marinero, en este caso embarcado a bordo de un navío procedente de Eivissa», indicó Gisbert, quien no podía ocultar su satisfacción por haber sido el descubridor del primer conjunto representativo de cerámicas ebusitanas en la zona de Denia.