La asistencia de casi 800 millones de espectadores a la salas de cine europeas en 1998 confirma la buena salud del cine en la Unión Europea (UE) durante la década de los noventa, según los datos difundidos ayer por Eurostat, la oficina de estadística de la UE. En 1998, se vendieron en la UE 796 millones de entradas, un 6'9 por ciento más que el año anterior.

Aunque todavía queda mucho para alcanzar los niveles de 1955, cuando se vendieron 4.000 millones de entradas, la década de los noventa se caracterizó, según los expertos de Eurostat, por «una vuelta del público a las salas». El número de entradas vendidas ha aumentado un 40 por ciento en la UE entre 1990 y 1998, mientras los ingresos en taquilla subieron un 80 por ciento respecto a 1990, hasta alcanzar los 4.300 millones de euros de recaudación en 1998.

Sin embargo, la mayor parte de los europeos acuden a las salas para ver películas estadounidenses en vez de películas europeas o nacionales, aunque la existencia de «productos de éxitos a nivel nacional» ha contribuido, según Eurostat, a incentivar el retorno de los espectadores al cine. Aunque las películas nacionales no consiguieron arrebatar el puesto a la estadounidense «Titanic», la película más vista de la Unión Europea en 1998, filmes nacionales como «Torrente, el brazo tonto de la ley» (España), «La cena de los idiotas» (Francia), «Festen» (Dinamarca) y «La vida es bella» (Italia) lograron situarse muy cerca en el número de entradas.

En España, el 16'1 por ciento de las 1.643 películas estrenadas son de producción nacional, frente a un total de producción europea del 45.0 por ciento, y un 45'9 por ciento de estadounidense. Los ciudadanos europeos se gastan menos dinero en ir al cine que los estadounidenses: una media de 11'5 euros al año, frente a los 23'0 euros de cada americano. Una entrada cuesta más en la UE (5'43 euros como media) que en EE UU (4'19 euros).