Una sábana no es un soporte muy habitual para la práctica pictórica, aunque en el mundo del arte actual ha quedado establecido que cualquier superficie es válida. Así debieron pensar los responsables de la exposición «Diàleg entre Illes», una iniciativa consistente en hermanar artísticamente, a través de la séptima edición de la Bienal de la Habana, las islas de Cuba y Balears.

Entre los pasados meses de noviembre y enero, las sábanas remitidas desde la Comunitat Autònoma colgaron de la Plaza Vieja de la capital cubana junto con obras realizadas por artistas del país caribeño. La numerosa representación balear contaba con la presencia de cuatro artistas de Eivissa y Formentera: Paco Romero, Enric Riera, María Catalán y Marc Jesús Vives, quien reside actualmente en Menorca. Ahora, un catálogo editado por el Govern balear, promotor de la muestra a través de la Conselleria d'Educació i Cultura, permite contemplar estos trabajos que atravesaron el Atlántico y que una vez finalizada la exposición pasaron a formar parte de la colección del Museo Wilfredo Lam de La Habana.

Junto a los tres pintores pitiusos, la delegación artística balear incluía, entre otros, a Joan Font, Lluís Fuster, Paca Florit, Xisco Rubio y Joan Miquel Ramírez. La representación cubana estuvo formada por artistas como Eduardo Ponjuán González, Luis Noa, Manuel Mendive y Kcho.

El puente artístico entre Cuba y Balears ha quedado tendido, aunque esta exposición no podrá verse finalmente en Balears .