Detalle de la muestra de las cerámicas de Picasso que hoy se inaugura en la Sala de «Sa Nostra». Foto: V.F.

La Sala de Cultura de «Sa Nostra» acogerá a las ocho de esta tarde la inauguración de la exposición «Cerámicas de Picasso», que permanecerá abierta al público hasta el próximo día 30. La muestra, propiedad de la Fundació d'Art Serra, llega a Eivissa por iniciativa de Ultima Hora Ibiza y Formentera y gracias a la colaboración de la Conselleria de Cultura con «Sa Nostra». Con anterioridad, la colección ha viajado por varias ciudades españolas, y próximamente será presentada en el museo de Sa Pobla (Mallorca).

La comisaria de la muestra, Dolores Durán, explicó ayer la aventura artística que supuso en la vida del genio malagueño su incursión en la cerámica, ya en plena madurez creativa, cuando en 1946 visitó el taller Madoura, en Vallauris (sur de Francia), dirigido por sus amigos Suzanne y George Ramié. «Al año siguiente vuelve al taller y se mete de lleno a profundizar en el proceso de modelado y el comportamiento de los esmaltes».

Los criterios que ha seguido Durán para preparar la muestra «han sido que estuvieran representadas todas las formas y motivos que Picasso realizó en cerámica». Formas planas (fuentes rectangulares, bandejas y platos); tridimensionales (jarras y cántaros modificados a su gusto), «y piezas sin forma preexistente, de aspecto curioso, que a veces se le rompían», apuntó. De toda la colección, la serie más importante es «La corrida de las manchas», sobre tauromaquia, «por existir muy pocas completas en el mundo», apuntó la comisaria.

En la presentación de la exposición también estuvo presente la directora de la sala, Catina Costa, quien informó que el presupuesto de la muestra era de casi cuatro millones, pagados entre «Sa Nostra» y el Consell; y la consellera de Cultura, Fanny Tur, quien agradeció a la Fundació d'Art Serra «su generoso gesto con Eivissa».

El origen de la colección de cerámicas
Pere Serra explica en el catálogo de la exposición que el origen de la colección fue una «hermosa cerámica de Picasso» que le ofreció hace unos quince años la marchante californiana Lois Strom. «Debo reconocer que nunca había admirado el arte picassiano de la cerámica. Me rogó que le adquiriera la obra ya que tenía que regresar a Los Angeles y para ella significaba una molestia. Así empezó una colección que en la actualidad está compuesta por un centenar de piezas», apunta el presidente de la Fundació d'Art Serra, propietaria del conjunto.