Los aficionados ibicencos respondieron ayer a la llamada de Toni Albà, el reconocido actor catalán que en su segunda visita a la isla interpretó en Can Ventosa «L'ombra», una obra escrita por él mismo. Su talento en escena se puso una vez más de manifiesto por su capacidad camaleónica para ponerse en la piel de 16 personajes, algunos conocidos y otros inventados. El director es Jordi Purtí, de quien Albà ha escrito en el programa de mano que «es el responsable de la compleja e intensa labor de recortar y colocar en su lugar todas las escenas que yo improvisaba ante él, y de dirigir durante estos siete años mi trabajo de actor».

"¿No se ha cansado aún de llevar esa sombra encima durante tanto tiempo?
"Pues no, porque aunque la obra, en lo esencial, es la misma que estrenamos en la Fira de Tàrrega en 1994, hay cosas que se van cambiando, como los personajes públicos que pasan a segundo nivel de la vida pública.

"¿Cuál es su favorito?
"Todos me son igual de favoritos, pues todos tienen su puntillo especial a nivel interpretativo y de creación.

"¿Y para la gente?
"Es curioso, hay un personaje tartamudo, inventado, que a la gente le encanta, se ríe mogollón con él; y también con un político con bigote que manda mucho. Pero depende de cada momento y de cada situación.

"¿Cuál es el hilo conductor básico de la historia?
"Las aventuras del protagonista, el Quim, un actor que se pasa la vida sustituyendo a otros. Es a lo que se dedica; la vida le lleva a ser la sombra de toda la gente que representa, lo que le causa traumas psicológicos.

"¿Y usted, Toni Albà, ha necesitado ayuda profesional?
"No, ninguna, porque el método que utilizamos es muy sano a nivel interpretativo y de creación, ya que los personajes que interpreto me los pongo y me los quito como un sombrero. Me es facilísimo entrar y salir de todos esos personajes.