Responsables del museo posan durante su inauguración en 1972.

Artistas de las más diversas nacionalidades decidieron convertir aquella iniciativa en algo propio. El museo se gestó para ser alimentado de obras sólo a partir de las donaciones de los propios artistas. Y el llamamiento fue escuchado desde todos los rincones del planeta, y también desde Eivissa. En una de las salas del Museo de la Solidaridad Salvador Allende (MSSA) figura una pieza creada por Rafel Tur Costa. En otro de los espacios de exposición, otro artista intensamente ligado a la isla, Will Faber, está también representado en Santiago de Chile.

Tal y como señalan los responsables del MSSA hoy día, «las obras que componen el museo son la expresión de compromiso que los artistas del mundo han manifestado con el pueblo de Chile durante el gobierno del presidente Allende y, después de septiembre de 1973, en apoyo a los chilenos para la recuperación de la democracia». El museo posee obras de artistas como Miró, Calder, Lam y Matta, entre otros.

Tur Costa recuerda desde Eivissa el periplo que siguió el cuadro hasta llegar a las salas del MSSA. «Tras el asesinato de Allende, una comisión chilena afín al presidente recorrió el mundo buscando fondos para el Museo de la Resistencia Salvador Allende y fui uno de los artistas a los que se solicitó su colaboración», rememora el pintor, quien asegura que respondió que sí inmediatamente «por solidaridad con Allende». «Recogieron la obra de muchos pintores -prosigue- y se hizo una exposición en Barcelona que luego recorrió gran parte del mundo». El pintor ibicenco participó sin dudar en el homenaje a Allende en los últimos años del franquismo. «Era un poco arriesgado, porque podían marginar tu carrera como artista, pero había que arriesgarse», asevera.

Tur Costa perdió la pista de su cuadro durante varios años, hasta que la llegada de la democracia a Chile, tras la dictadura pinochetista, permitió reabrir el Museo de la Solidaridad Salvador Allende. «Hace un par de años, un fotógrafo de prensa que trabaja en Eivissa y que acababa de volver de Chile me dijo que había visto un cuadro mío en el museo, lo que me alegró, aunque no me había preocupado mucho por conocer su paradero».