Alrededor de 50 óleos sobre papel artesano conforman la exposición que Mario Stafforini inaugurá a partir de las 20 horas de mañana lunes en la sala de exposiciones de la Sociedad Ebusus, en Vara de Rey. La muestra, que permanecerá abierta hasta el próximo día 9, es una nueva entrega -matizada y ampliada- de la devoción incondicional que este artista argentino residente en la isla desde hace 30 años siente por Dalt Vila.

Tres décadas tratando sin pausa como leit-motiv de su paleta el tema del emblemático espacio, hoy Patrimonio de la Humanidad, visto desde la dársena de pescadores, llevan al pintor a buscar lo indefinible de la ya clásica estampa de la ciudad, forzándole a encontrar, a través de la variedad, la difícil unidad de las variopintas construcciones que la forman y definen; tal un puzzle interminable que le otorga ese encanto único y aplaudido por todos los que tienen el placer de llegar a Eivissa ciudad por vía marítima.

El ocre y los azules, el blanco y el verde entran y salen de la geometría del rectángulo del cuadro, intentando hacer desaparecer la visión de copia de los objetos y paisajes para dar lugar a que la sensibilidad reúna los aspectos dominantes que son el común denominador del mundo plástico de Vila.

Junto a las imágenes de Dalt Vila, los cuadros que a partir de mañana presentará Mario Stafforini en la Sociedad Ebusus reflejan también las posibilidades estéticas de las viejas cerraduras centenarias (Furreiats) hechas a golpes por herreros de siglos pasados; viejas puertas de pi bord, o la silueta característica del llaüt marinero y pescador; sin olvidar otro asunto de inspiración muy querido por el artista, las flores silvestres del campo, especialmente el polig, elocuente de blancos y grises.