La consolidación del coronamiento de las murallas de Eivissa, concretamente en el baluarte de Santa Llúcia, recibirán a partir de esta semana un nuevo empujón, una vez finalizados los trabajos de análisis de los últimos hallazgos arqueológicos del lugar. Durante la primera fase de estas obras de mejora fueron encontradas en el sector de levante diversas troneras, ocultas bajo rellenos de morteros. Su hallazgo obligó a cambiar el plan de rehabilitación del baluarte y, tras consultar al equipo redactor del Plan Director de las Murallas, se decidió dejar dichas troneras a la vista en la parte exterior del baluarte, cegándolas, tal y como estaban hasta ahora, por el lado interior.

Las obras dieron comienzo el pasado mes de enero, patrocinadas por la Direcció General d'Arquitectura i Habitatge del Govern, tras el preceptivo paso por la Comisión de Patrimonio. El objetivo de las mismas es el saneamiento de los parapetos para cubrirlos a continuación con una capa de mortero de cal y, así, eliminar el peligro de que algunas piedras pudieran caer a la calle. Pero los planes quedaron trastocados tras la aparición de las primeras troneras ocultas, por lo que se tomó la decisión de excavar todo el perímetro del parapeto para documentar el antiguo perfil del baluarte. La primera tronera fue encontrada en la cara de levante, en la parte central del segmento situado entre la garita y la primera tronera y que había sido rellenada con mortero.

La decisión final ha sido la de conservar dichas troneras, aunque diferenciándolas de las que se conocían en la actualidad a través de la propia reforma del parapeto que ahora se continuará. De hecho, los técnicos encargados del proyecto resaltan el hecho de que, de este modo, se ha podido conocer la «solución original de coronación de la cara norte del baluarte». Un hallazgo que consideran de gran importancia, puesto que su estudio «ayudará a analizar el proceso constructivo del baluarte y las modificaciones realizadas en los siglos posteriores».