La alcaldesa de Eivissa, ayer en la inauguración del baluarte de Sant Jaume.

JULIO HERRANZ

Justo a tiempo para que la multitud que sube a Dalt Vila con motivo de la fiesta de Eivissa Medieval, que comienza mañana, la alcaldesa de Eivissa, Lurdes Costa, inauguró ayer la rehabilitación y museización del baluarte de Sant Jaume, próximo al Portal y al que se accede por la ronda Calvi. La intervención y recuperación de las dos casamatas que conforman este baluarte ha costado 300.000 euros, y unos 200.000 el contenido de la museización, dentro del proyecto global de museización de Dalt Vila, que incluyó la rehabilitación de la Casa de la Cúria y el baluarte de Sant Pere, que ascendió a 1.300.000 euros, financiados por el Consorci Eivissa Patrimoni de la Humanitat, según explicó la alcaldesa el pasado 7 de marzo cuando se presentó a los medios.

Todas las rehabilitaciones que se están llevando a cabo en los últimos años en el recinto murado de Dalt Vila se han llevado a cabo conforme al Plan Director de las Murallas, aprobado en 2003. Intervenciones que han seguido los criterios técnicos de estudiosos e investigadores y con la supervisión directa del responsable del Plan Director, Fernando Cobos, y de la arqueóloga del Ayuntamiento de Eivissa, Rosa Gurrea. «Estos baluartes de la zona de la muralla que hizo Calvi tienen todos dos casamatas enfrentadas. En estas no se pusieron depósitos de agua, pero por aquí pasaba toda la canalización, por lo que estaban bastante destrozadas. Lo que se ha hecho es quitar todos los escombros que había, reforzar las paredes y limpiar. No se ha pavimentado; se ha dejado el suelo de tierra porque es muchísimo mejor para el baluarte, pues así no se acumula la humedad y los muros sufren menos», explicó la arqueóloga.

El proyecto de museización del baluarte de Sant Jaume está dedicado a cómo eran las guerras en tiempo de Calvi, con los artefactos que se utilizaban y el funcionamiento de todo el recinto fortificado. Hay un panel donde se explican los ángulos de tiro, para qué sirven las troneras; unos cañones esquemáticos e incluso alguna propuesta divertida: una serie de trajes de época colocados junto a unos espejos en los que los curiosos pueden apoyar la cabeza y mirar. Además, un vídeo de unos ocho minutos para concienciar al visitante sobre los desastres de la guerra; desde el punto de vista mitológico a través de un cuadro de Rubens y el efecto de la guerra moderna con el Guernika de Picasso.