De la mano de Shakespeare, un 'matrimonio negocio' en la Dalt Vila del siglo XVI.

JULIO HERRANZ

Si el tiempo no lo impide, a las 18,00 horas de hoy sábado en el Mercat Vell se iniciará por parte de la compañía T'Eivissa la representación de Dalt Vila, 1571, un montaje del que son responsables el historiador Toni Ferrer Abárzuza y la actriz y directora Neus Torres. Un encargo del Ayuntamiento de Eivissa, a través de su Pla d'Excel·lència, para animar al personal a conocer más y mejor Dalt Vila a través del teatro, servido por Juanjo Torres, Ana Linero y Juanjo Ribera. Segunda entrega (hoy en castellano; y gratis aún) de una iniciativa que arrancó con un llamativo éxito el pasado sábado.

Ferrer Abárzuza explicó a este periódico cómo fue el 'parto' del singular encargo: «Barajamos la idea de situar la acción en la conquista catalana y la época islámica; pero lo que se ve hoy en Dalt Vila es la época renacentista. Así que decidimos centrarnos en esa época; y elegimos 1571 porque fue el año de la batalla de Lepanto y el proyecto de la muralla estaba a medias: acabando la fase Calvi y antes de la de Fratin, que se inició en 1575», precisó.

Situado el contexto histórico, había que buscar la trama y los personajes. «Neus quería una historia de amor y yo una de negocio; al final nos decantamos por una cosa a medias, un matrimonio negocio entre un rico y una menos rica, algo que está documentado que sucedía entre los estamentos de la isla: el superior (nobles, los pocos que había; caballeros, que había más, y mercaderes ricos; pero, en realidad, todos hacían de todo); el de la mà mitjana, que eran los artesanos; y la mà de fora, los payeses», apuntó el historiador, añadiendo: «En cuanto al hombre, elegimos a los Francolí, porque al final del siglo XV y primera mitad del XVI eran de los más ricos de Dalt Vila; y porque ya no existen, prácticamente, porque lo que hay ahora son una rama que conserva el apellido porque lo han compuesto, sino se habría perdido, seguramente. Así que el protagonista masculino es Pere Francolí, un personaje de ficción pero verosímil, porque la casa donde está ahora el Museu Puget era de los Francolí antes de que lo fuera después de los Llaudi».

Por lo que hace a la chica de la historia, «era de la mà mitjana. Su padre iba a pagar a Francolí el censo, una especie de alquiler que se pagaba a los propietarios. La pareja se conoce porque el padre de ella iba católicamente cada año por Navidad a pagarlo», apuntó Ferrer Abárzuza, quien, en principio, no fue entusiasta del encargo: «Yo estas cosas siempre me las miro con cierto recelo; pero en este caso me gusta y todo. No es una cosa frívola, tiene varios niveles de lectura y es una oportunidad para ver teatro a la vez que recibes una explicación de la historia de Dalt Vila en un tiempo concreto», valoró el historiador, comentando respecto a la aportación de Neus Torres: «No sabemos qué parte es de cada cual, pero seguro que sin los dos no hubiera salido».

Por su parte, la directora recordó que a partir de 'crear' a Pere Francolí, «la gota de aceite que se expandió a todos los demás y montamos una historia de amor para, a su través, explicar cómo estaba formada la sociedad de entonces». Y con textos de lujo. «Al buscar un texto histórico que reflejará el siglo XVI, me vino enseguida a la cabeza Shakespeare; con trozos de cuatro obras: Romeo y Julieta, Noche de Reyes, Muchos ruido y pocas nueces y El mercader de Venecia». Con ellas se fueron entretejiendo las escenas; «que no son muy largas, de unos diez minutos. Se va desarrollando la obra mientras se asciende desde el Mercat Vell hasta la plaza de la Catedral, durando todo el montaje sobre una hora y media».

De momento, y a modo de promoción de la iniciativa, Dalt Vila, 1571 se representará, alternativamente, en catalán y en castellano. «Más tarde, la intención es hacerla en inglés y en otras lenguas. Como las reservas se harán por teléfono, se dice la preferencia hasta montar grupos de unos 25; también entre semana, si así lo piden», concluyó Torres.