Antono Vega murió ayer en Madrid a los 51 años, como consecuencia de un cáncer de pulmón.

AGENCIAS / J. H.

Desde hacía varios años, cada vez que Antonio Vega se subía a un escenario, sus fans se estremecían; la imagen del músico madrileño día a día se iba deteriorando, hasta que ayer se apagó a los 51 años de edad en un hospital de Madrid, donde estaba ingresado desde hacía unos días y como resultado de un cáncer de pulmón. Pero Antonio Vega, un «chico triste y solitario», como todo mito que se precie, ha dejado joven el mundo de los mortales para convertirse en un mito del olimpo hispano.

El Palacio de Longoria, sede madrileña de la SGAE, acogerá hoy la capilla mortuoría del malogrado músico y se convertirá en templo para que todos sus seguidores y amigos se acerquen a dar un último adiós al autor de piezas también inmortales, como La chica de ayer o Una décima de segundo. Y mañana será incinerado en el Cementerio de la Almudena.

Muchos son ahora los que ya le echan de menos, entre ellos su primo Nacho García Vega, con quien en 1978 fundaba uno de los grupos más emblemáticos de la música española, Nacha Pop. «Antonio ha sido una persona única, como única es su contribución a la música», comentó al recibir la noticia de la muerte de un músico y un poeta cuya vida no le resultó fácil. Su coqueteo con las drogas desde muy joven le llevó a un deterioro físico progresivo y a tener una vida muy frágil.

Nacha Pop iniciaba su andadura discográfica en 1980 con un disco homónimo que les llevaba a convertirse en teloneros de los Ramones en un concierto en la madrileña plaza de toros de Vista Alegre. Tras seis discos grabados, Nacha Pop, Buena disposición, Más números, otras letras, Una décima de segundo, Dibujos animados y El momento, decidieron separarse con un álbum grabado en directo en la sala Jácara de Madrid con el nombre de 1980-1988.

Servando Carballar, líder de Aviador Dro y responsable de la compañía que editó «Más números, otras letras», ha declarado convencido que «probablemente Antonio Vega es el que mejor que ha sabido interpretar el pop íntimo y romántico de toda la generación de los 80». «Su muerte le convertirá en mito», añadió.

Antonio Vega, que volvió a reunirse en 2007 con Nacho García Vega para volver a la carretera como Nacha Pop, tras veinte años de separación, publicó siete álbumes en solitario. Títulos como No me iré mañana, El sitio de mi recreo o Anatomía de una ola, que han cautivado a otras generaciones de músicos más jóvenes como Amaia Montero, ex cantante de La Oreja de Van Gogh, que le considera como «un referente único del pop español».

Y un músico de referencia para varias generaciones, Miguel Ríos, tras anunciar ayer que se retira de los escenarios, alababa el «talento desmesurado» de Antonio Vega y se lamentaba el músico granadino del «enemigo tan grande que llevaba dentro» el genial músico madrileño.