EFE-CIUDAD REAL

La prohibición de la Unión Europea de comercializar y exportar mercurio a partir del 2011 pondrá fin a más de 2.000 años de historia de Minas de Almadén, pero este yacimiento, el mayor del mundo de este metal, puede perdurar para siempre si la Unesco lo declara Patrimonio de la Humanidad, una decisión que se conocerá hoy en Sevilla. La empresa pública Mayasa, propietaria del yacimiento, dejó de explotar los filones mercuriales de las entrañas de Almadén en 2003 y se volcó en recuperar sus instalaciones hasta hacerlas visitables y convertirlas en el parque minero que es hoy.

El yacimiento se remonta 440 millones de años atrás, como lo acreditan algunos fósiles encontrados en él, según explicó Javier Carrasco, el director del parque minero de Almadén, una mina que explotaron los romanos y que los árabes llamaron Hins Al-madin. «Lo que hace a esta mina única es que se ha explotado de manera ininterrumpida durante 2.000 años». De ahí que existan 180 kilómetros de galerías subterráneas divididas en 27 plantas excavadas a más de 700 metros. «La tercera parte del mercurio que ha utilizado la humanidad en su historia ha salido de esta mina», señaló Carrasco.

Su mayor esplendor fue entre los siglos XVI y XX, cuando en 1.540 un tratado en Venecia titulado La Pirotechnia describe el método de amalgamación por el que «mediante el uso del azogue pueden obtenerse metales preciosos de las Américas». Llegó entonces la edad de oro de Almadén con una serie de beneficios sociales, económicos, arquitectónicos y militares logrados durante el reinado de Carlos III.