El público asistente quedó muy sorprendido con la exposición.

JULIO HERRANZ

Hasta el próximo 30 de agosto estará abierta al público en el centro sociocultural s'Alamera (Vara de Rey) la exposición Superflat. New Pop Culture, de Takashi Murakami (Tokio, 1962), uno de los artistas más influyentes de los últimos años, conocido como el Andy Warhol japonés, a quien la pasada primavera el Museo Guggenheim de Bilbao dedicó una amplia retrospectiva. La extraordinaria y singular propuesta llega a Eivissa gracias a la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM), con la colaboración del Consell d'Eivissa; y fue inaugurada ayer por el conseller de Cultura, Marià Torres, y el director de la zona territorial norte de la CAM, Salvador Palou.

La muestra de Murakami, que ocupa prácticamente todo el espacio expositivo de s'Alamera con litografías, pinturas, esculturas y una amplia selección de objetos propios del merchandising de la cultura popular japonesa, se complementa con la proyección de forma ininterrumpida de dos documentales sobre el particular y polifacético mundo creativo del creador nipón: New Pop Revolution, de Yoshitomo Nara y Takashi Murakami, más Takashi Murakami. Toying with Art, de Ben Lewis (BBC- Art Safari).

Singular y plural

La obra de Murakami abarca múltiples formas artísticas, desde la pintura a la escultura, pasando por el diseño industrial, el anime, la moda y otros medios y objetos de la mercadotecnia propios de la cultura popular. Una obra plural con el sello singular de un creador de múltiples intereses que ofrece una visión crítica de la sociedad japonesa actual, el legado de la tradición cultural del país nipón tras la Segunda Guerra Mundial y su relación con el mundo occidental, especialmente con Estados Unidos.

El término suplerflat (superplano) con el que Murakami ha calificado su obra, además de caracterizarse por la bidimensionalidad, critica la propia estructura jerárquica del arte, desdibujando los límites entre la alta y la baja cultura. Presentada en 2000, constituye la primera parte de una trilogía que completan las propuestas Kaikai Kiki (2002) y Little Boy (2005). Trilogía que se ha presentado en importantes museos de todo el mundo, como la Parco Gallery de Tokio, The Museum of Contemporary Art (MOCA) de Los Angeles, la Fondation Cartier por l'Art Contemporain de París o la Serpentine Gallery de Londres.

Instituciones como el Museo de Arte Contemporáneo del siglo XXI de Kanazawa (Japón), el Museum of Fine Arts de Boston, el Museum of Modern Art (MOMA) de Nueva York, el San Francisco Museum of Modern Art, la Queensland Gallery de Londres o el Walker Art Center de Minneapolis albergan en sus colecciones obras de Takashi Murakami, uno de los artistas que mejor representan el eclecticismo y la pluralidad estética de los primeros pasos del siglo XXI; un artista plural que, además de colaboración en proyectos de diseño industrial, música o moda, es comisario de exposiciones, mecenas, crítico y precursor de ferias de arte de alcance internacional.

Murakami, que es doctor en pintura tradicional japonesa, gobierna una factoría de producciones artísticas llamada Kaikai Kiki, con un centenar de empleados que no solo se ocupan de fabricar sus piezas y las de otros creadores, sino también numerosos artículos de merchandising. Un artista requerido para la creación de diseños por firmas como Louis Vuitton, Nissan e Issey Miyake, cuyo mundo creativo es como una síntesis del cómic manga y los dibujos de Walt Disney llevados al cine y la televisión. Con piezas protagonizadas por minimalistas personajes que adquieren vida artística reproducidos como muñecos hinchables, pero sólidos.