Antonio Colinas con la antología de nueve siglos de poesía en castellano, que le encargó la editorial Siruela y que está siendo un éxito de ventas.

JULIO HERRANZ

Como viene siendo habitual desde que se instaló en Salamanca, tras residir bastantes años en Eivissa, el reconocido poeta y escritor Antonio Colinas (Premio Nacional de Poesía y Premio de la Crítica, entre otros galardones por su obra) ha vuelto a la isla para pasar con su familia los meses más calurosos del verano. Una cita a la que parece ser no renuncia, pues el escritor leonés tiene fuertes conexiones con este rincón del Mediterráneo.

-¿Sigue siendo fiel a Eivissa?

-Por supuesto. Me gustaría venir más, porque aquí tengo casa y amigos y he pasado media vida. Es muy difícil reconocer lo mucho que le debo a la isla.

-¿Viene sólo descansar o se trae también trabajo?

-Sobre todo a descansar; pero ya sabes que los escritores allá donde vamos puede surgir algo, si llevamos la cabeza. Mi territorio es la parroquia de Jesús y no nos movemos mucho, aparte de la playa o de ir un poco a esos sitios emblemáticos tranquilos.

-¿Tiene algún proyecto nuevo en marcha?

-Sí, uno que se está retrasando un poco; creo que aparecerá en enero: la editorial Tusquets va a reunir los dos Tratado de armonía que había publicado, más el tercero, inédito.

-Es uno de sus libros más ibicencos, ¿no?

-Pues sí. Siempre digo que es mi filosofía de la vida en esa etapa, en la que sucedían tantas cosas prodigiosas.

-¿Qué tal va la antología poética que ha hecho para Siruela?

-Muy bien. Me ha dicho la editorial que se ha agotado en sólo dos meses. Se va a hacer una segunda edición más económica y en pasta blanda para que el libro tenga así el fin que había proyectado la editorial, dirigirlo a un lector joven. De hecho, en la carta-prólogo del volumen me dirijo a ese lector, con la posibilidad de que tenga uso en la enseñanza.

-¿Cree que podría utilizarse como libro de texto?

-Sí, algunas personas ya me han hablado al respecto. Por ejemplo, me han llegado noticias de que un instituto de Madrid lo va a poner como libro de texto.

-Una buena idea.

-Me parece, sí. Es un libro con el que he rescatado mi memoria poética; y supongo que a cualquier lector le pasará lo mismo. Esos poemas que aprendimos de memoria en la adolescencia, recogidos de una manera muy sintética, porque era muy difícil ajustarse a un número de páginas ya determinado. Otro problema fue también el tema de los derechos con los poetas vivos; pero se resolvieron bien.

-¿Es partidario de que los jóvenes lectores aprendan poemas de memoria?

-Desde luego. De hecho termino la carta-prólogo recomendándoles que aprendan de memoria aquellos poemas que más le han gustado. Es una experiencia inolvidable. Recuerdo que en mi adolescencia me sabía de memoria muchísimos poemas, que son los que no se olvidan nunca. Poemas de Machado, de Juan Ramón, de Cernuda, de Lorca...

-¿Qué tal le trata Salamanca?

-Muy bien. Es una ciudad muy viva, con mucha cultura y mucha gente joven. Tenemos allí algún representante ibicenco muy activo, Ben Clark. Ahora me vengo con un poquito de nostalgia, porque en verano llegan los extranjeros, diferentes de los que vienen aquí. Muchos americanos, franceses, japoneses... Por cierto, ahora han inaugurado en el claustro del Ayuntamiento de Eivissa una exposición que vi en Salamanca sobre las Ciudades Patrimonio; y me contaba la alcaldesa que este año pasa a Salamanca la presidencia del Grupo de Ciudades Patrimonio de España, y que va a aprovechar la ocasión para conocer esta ciudad, pues tiene actos programados que se celebrarán allí; y que se alegraba mucho porque es una asignatura que tenía pendiente.