J. HERRANZ

Yutta von Seht, todo un personaje de la vida cultural y tradicional de la isla de los últimos 50 años, falleció en la noche del miércoles a los 91 años de edad en la residencia de Cas Serres, donde residía desde hacía algún tiempo. Una figura singular a la que se deben un buen número de iniciativas de mérito; entre otras, la de haber sido promotora junto a su marido, Emil Schillinger, del Grupo Ibiza 59 a través de su galería del hotel Corsario, la primera de Balears dedicada al arte contemporáneo.

Yutta, como la conocían todos sus muchos amigos que tenía en la isla, será enterrada a las 17,00 horas de hoy viernes en el cementerio de la iglesia de Jesús; donde está enterrada su madre y el prestigioso arquitecto Josep Lluís Sert, de quien fue amigo y quien construyó su vivienda en la urbanización de Can Pep Simó. Un entierro que, cumpliendo la voluntad de la finada, tendrá unas características particulares: su cuerpo estará envuelto en un sudario y dentro de un ataúd de pino que será depositado en tierra, como ella pidió.

En una entrevista de 1990 con quien esto suscribe, Yutta von Seht explicó que nació en 1918 en Kiel (Alemania), y sentía una gran pasión por los caballos, «pues por tres generaciones mi familia fueron criadores. Tengo varios trofeos hípicos». Durante un tiempo vivió en Colombia, donde conoció a Sert y a Le Corbusier, «quienes me influyeron mucho en mi forma de ser y de ver la vida. Desde entonces empecé a interesarme por el arte popular y su influencia en las civilizaciones». Tras instalarse en Eivissa en el 58, «me metí en todas las movidas culturales de la isla. En el 68 abrí Can Negre, un almacén tienda en donde encuentras auténtica artesanía ibicenca, mediterránea y española en general, con preferencia por la cerámica». Y luego, una tienda en Dalt Vila, El Mohan, «para que sea más fácil a la gente encontrar las cosas que les puede interesar. Todo auténtico», explicaba entonces.

En cuanto a actividades concretas que Yutta von Seht promovió, confesaba en 1990: «¡Buff! No tendríamos sitio; pero de todo. Por ejemplo, en el 67 organicé una exposición de arte popular colombiano en el Corsario. En el 74 me pidió el Fomento de Turismo que colaborará en el montaje del pabellón de Eivissa de la Expo-Balears, y muchas otras cosas que la gente recuerda y no hace falta mencionar. Y estoy dispuesta a hacer lo que haga falta. Sólo quiero que la gente colabore, porque sola no puedo; pero ideas aprovechables no me faltan, te lo aseguro», concluía la emprendedora gestora cultural con la energía que la caracterizaba.