La sala de conferencias del Museu Monogràfic del Puig des Molins acogió ayer la primera ponencia de las XXIV Jornades d'Arqueologia Feniciopúnica, que se desarrollarán en este escenario hasta el próximo viernes. El tema, Ungüentos y perfumes en el mundo fenicio y púnico antiguo, impartida por Teresa Carreras Rosell, conservadora del Museu d'Arqueologia de Catalunya. Hoy será el turno de Javier Jiménez Àvila, investigador del Instituto de Arqueología de Mérida, quien hablará de La broncística fenicia en el extremo occidental del Mediterráneo.

Combustión

En su exposición, la doctora Carreras señaló que «si la costumbre de cosméticos y de ungüentos se pierde en la antigüedad, el uso de sustancias aromáticas es tan remoto como la propia humanidad». Explicando que, posiblemente, la primera forma de obtener aromas «fue a través de la combustión» de resinas, raíces y maderas olorosas que producían un humo perfumado.

También era usual la utilización de inciensos en cremación, en el tabernáculo para perfumar el ambiente y para sacralizar los rituales, o en las ceremonias privadas en los altares familiares. «Pronto el concepto de perfume ligado a la combustión se amplió para conseguir fijar un aroma efímero a través del humo a una sustancia olorosa, cremosa o grasa que podía ser perdurable».

La ponente apuntó las técnicas de elaboración, materia primas, comercio, fabricación industrial y la utilización de los ungüentos y perfumes; información obtenida de Teofrasto, Plinio el Viejo y Dioscórides, entre otras fuentes solventes.