Alejandro Varela, uno de los actores, y Maruxa Martos, la directora, ayer en Eivissa. | ESTER REQUENA

El centro cultural de Can Ventosa acogerá a las 21,30 horas de los días 3 y 4 de diciembre la representación de Esperando a Godot, de Samuel Beckett. Un montaje del grupo 'Y.' de la Marina dirigido por Maruxa Martos e interpretado por Juanjo Roig (Stragon), Juanjo Ribera (Vladimir), Jesús Ballesteros (Luky), Alejandro Varela (Pozzo) y Alberto Aguilera (muchacho). «Es una obra que impone mucho respeto, pero el proceso de montarla resulta apasionante», apuntó ayer Martos a este periódico, añadiendo: «Es la primera vez que la hago; aunque la he leído muchas veces y me encanta, como todo lo de Beckett, ha ido madurando dentro hasta que me he atrevido a montarla, dentro de mis limitaciones. Lo que sí puedo decir es que la estamos preparando con mucho trabajo».

Una labor ardua, analizando y discutiendo en todo momento la dramaturgia con los actores. «No sé si he conseguido expresar lo que Beckett quería, pero sí lo que nosotros queremos, que es algo muy importante», señaló la directora, reconociendo la dificultad del montaje para un grupo de teatro con poco rodaje. «A ver, yo tengo un grupo de adolescentes, pero también hago teatro con adultos, que selecciono entre lo mejor de la isla. Y hasta ahora siempre me han dicho que sí», presumió la directora de 'Y.'.

Casi tiran la toalla

En cualquier caso, para este grupo ibicenco el montaje de Esperando a Godot está significando todo un reto complejo y difícil. Hasta el grado de que «hemos estado a punto de tirar la toalla. Nos está costando hasta lágrimas. Pero tengo que agradecer aquí el trabajo del ayudante de dirección, Pedro Robles (que es majísimo), porque ha sido quien nos ha mantenido vivas las ganas de seguir, animándonos a todos con una positividad increíble», valoró Maruxa Martos.

A la hora de etiquetar la obra, la directora la calificó de «tragicomedia», poniendo más énfasis «en la parte cómica de la obra. Yo creo que la tragedia está en lo que dice el texto del existencialismo del ser humano, mientras que la comedia se encuentra en la forma de decirlo. Así, la he llevado por todo lo que dice, que es mucho, pero intentando que sea un poco más divertido, dentro de lo que cabe», matizó Martos.

En cualquier caso, lo que parece claro es que Esperando Godot no ha perdido vigencia. «En absoluto; es una obra que está en todas las escuelas del mundo como repertorio habitual, sobre todo en las de Inglaterra. Me decía Alejandro (el actor que acompañaba a la directora) que cada día en una parte del mundo se está representando este texto clásico de Samuel Beckett», apuntó.

Una obra de referencia del teatro del absurdo, sí, «pero quiero decir que es un tipo de teatro que dice muchas cosas, a pesar de las apariencias. Así, si escuchas con atención no deja indiferente a nadie; y eso que, desde luego, no es una obra fácil de ver ni de aplaudir», concluyó la directora.

Actores

Alejandro Varela, que encarna en Esperando a Godot el papel de Pozzo, se ha tomado este trabajo «como un reto» en el que estuvo «a punto de desistir, porque no sabía si podría encarnar bien todo lo que el personaje es, totalmente contrario a mí. Pero decidí seguir porque supone una gran prueba», apuntó ayer a este periódico el actor uruguayo residente en la isla.

No es la primera vez que Varela trabaja con Maruxa Martos. «Fui su ayudante de dirección y participé en su última obra, donde tenía un papel pequeño. Me gusta su forma de trabajar, me siento muy cómodo», precisó el actor, añadiendo que tiene «experiencia teatral de hace cinco años; y estoy haciendo mis primeras experiencias con obras importantes. Como antes un Tennessee Williams y ahora un Beckett», precisó.

En cuanto a la relación entre los cinco actores que conforman el elenco de Esperando a Godot, Alejandro Varela aseguró que el trabajo «va muy bien. Es que para hacer esto necesitas mucha complicidad, que haya una buena energía entre todos; si no, es imposible. Creo que hay una conexión muy grande entre todos los personajes; sobre todo entre los protagonistas (Juanjo Roig y Juanjo Ribera, dos actores con notable trayectoria en el teatro ibicenco), que presentan unos sentimientos tan intensos y profundos que resulta muy necesaria esa complicidad», precisó.

Una obra de Beckett que, según se apunta el programa de mano «es cruelmente poética y dolorosamente divertida».