Carmen Machi, en un momento de la obra.

Quienes hubieran visto La tortuga de Darwin en 2009 en ese mismo escenario ya sabían lo que se podía esperar de Carmen Machi como actriz dramática (logró un Max y un Valle-Inclán por su interpretación). Quienes no, pudieron descubrir ayer en Can Ventosa a una actriz versátil y capacitada para dotar a su personaje Dene, la hermana mayor, de una difícil mezcla de matices tragicómicos en la representación de 'Almuerzo en casa de los Wittgenstein', de Thomas Bernhard.
Junto a ella, y con similar capacidad para moverse entre lo ridículo y lo trágico de una familia acomodada, rica y desquiciada, actuaron Àngels Bassas (la hermana menor Ritter) y Mingo Ràfols (Voss, el hermano filósofo salido del manicomio y para el que se organiza el almuerzo).
Los tres lograron revestir de carne y hueso unos personajes que, incluso en la vida real, resultarían casi esperpénticos, encerrados en la conciencia de la propia decadencia de sus vidas y de su sociedad pero incapaces de librarse, al menos de forma definitiva, de los pesos del pasado, de las ataduras y de lo que significa ser un Wittgenstein.