Los alumnos escuchan atentos las primeras notas de la Yamaha de Javier Vargas, ayer, en Can Ventosa.

LAURA TUR
Con aproximadamente media hora de retraso (y una hora y media más tarde de la hora prevista inicialmente por la organización) dio comienzo la master class que el guitarrista y líder de la Vargas Blues Band, Javier Vargas, ofreció ayer en Can Ventosa.
Momentos antes de que empezara la lección profesionales y aficionados de todas las edades aguardaban pacientemente en el vestíbulo del centro cultural y compartían experiencias entre risas mientras mantenían sus guitarras a buen recaudo en sendas fundas. Pau Ribas, de 16 años, lleva dos tocando la guitarra y decidió apuntarse a esta clase magistral para avanzar en sus conocimientos ya que «si el talento acompaña» le gustaría ser guitarrista profesional. Su caso es parecido al de Lucía Sáez, la más joven de la clase que con tan sólo 12 años aseguraba llevar «la música en la sangre» y es que, tanto su padre como su madre se dedican profesionalmente a la música.
Por su parte, Juan José Gomensoro, llevaba toda su vida queriendo aprender a tocar la guitarra y no fue hasta hace dos años y medio cuando se decidió a comenzar. Ahora, con 26 años, consideró que «qué mejor oportunidad para aprender que junto a Javier Vargas. Además, el blues es el estilo que más me gusta».
Finalmente llegó el momento y Vargas fue recibido con un caluroso aplauso y saludó: «Más vale tarde que nunca». En todo momento animó a sus 'alumnos' a coger sus guitarras y unirse a él, pero todos se mantuvieron en sus asientos.
Con su Yamaha de madera emitió las primeras notas de la escala del blues. La guitarra emitía un sonido desgarrado y Vargas no paraba de gesticular, con los ojos cerrados mientras la hacía sonar. «La técnica es necesaria pero, sobre todo, lo que te llega del blues sale del interior. Es muy importante la elección de las notas», explicó. Se trataba de una escala pentatónica sencilla, la primera que el músico aprendió, tal y como él mismo rememoró y que «cada músico debe ir desarrollando».
El madrileño también habló de su propia experiencia sobre el escenario: «Yo no pienso en escalas, pienso en música y ahí intento meter mi guitarra».
Mas adelante, Vargas habló del equipo que utiliza para sus conciertos y entre risas confesó que suele «usar una Fender antigua. Aunque tengo muchas guitarras, siempre tiendo a la Stratocaster o a la Telecaster, que tienen un sonido 'vintage'. Mi guitarra y un amplificador, no necesito más».
Para la clase magistral de ayer optó por un modelo que ofrecía un sonido más básico, «es muy parecido a una voz humana», señaló. Dejó el equipo para la actuación posterior junto a su banda y lo cierto es que, superada la timidez inicial, algunos se atrevieron a unir el sonido de sus guitarras a la del maestro por un día.