La saxofonista austriaca afincada en Eivissa Muriel Grossmann acaba de lanzar al mercado su nuevo trabajo discográfico, titulado 'Birth of the Mystery'.

Afincada en Eivissa, pero con un pasado cosmopolita (nació en París y se crió en Viena), la saxofonista austriaca Muriel Grossmann es una de las personalidades destacadas de la música en nuestra isla. Con el jazz como bandera y con músicos como Coltrane, Davis, Kühn o Coleman en su archivo personal de influencias, presenta en este inicio de año su nuevo trabajo discográfico, Birth of the Mystery, un disco íntimamente ligado al nacimiento de su hijo y para el que ha contado con Radomir Milojkovic (guitarra), Marko Jelaka (batería) y David Marroquin (bajo).

-¿Hacia dónde se encamina su música con este nuevo disco?
-Cada cd es un viaje largo en el que hay que componer, grabar, y diseñar la música hasta el producto acabado. En este caso, este disco me ha abierto más caminos para la música que hago ahora: tiempo de 'pulso', con más estructuras abiertas, con un desarrollo melódico y harmónico diferente.

-A lo largo de su carrera le ha dado mucha importancia a la improvisación, ¿de qué modo se refleja eso en esta grabación?
-Las temas y las improvisaciones se han complementado de un modo que, a veces, no reconoces si tocamos el tema o estamos improvisando. Así, la música se esta ampliando en este sentido. El jazz es improvisación, pero este disco es más que un disco de jazz, es un álbum de música que puede llegar a cualquier persona. La improvisación refleja el tiempo en que vivimos y es reflejo de mi propia experiencia. Lo que toco viene de la tradición que nuestros ancestros nos han dejado; de qué aprendemos y cómo ponemos algo propio encima.

-Tras 'Sudden Impact', en el que trabajó en formato de trío, regresa ahora al cuarteto en 'Birth of the Mystery'. ¿Por qué?
-Para mí, todas las formaciones revelan otras posibilidades. Cada una necesita un tipo de temas y otros conceptos. Me gustan todas las formaciones. Sólo durante el pasado año grabé más de cuarenta horas de música en diferentes formaciones, y cada una de ellas es un mundo distinto. Tocar en cuarteto es como un vehículo perfecto, especialmente si incluye guitarra, porque me encuentro mucho más libre. Por eso el cuarteto es algo especial para mí; me gusta componer y tocar en este tipo de formación... Por ejemplo, la semana pasada acabé por fin con tres programas diferentes para cuarteto, que espero que en un futuro cercano se conviertan en nuevos discos.

-¿Cómo ha sido la relación entre los músicos durante las sesiones de grabación?
-Sabíamos que íbamos a tomar tierra, que nos acercábamos bien... (risas). Me gusta tocar con David y Marko. Con ellos tenemos mucho espacio para crear nuestro propio sonido, porque vienen con una hoja en blanco para que podamos colorearla juntos. David es muy humilde y muy trabajador, y Marko aporta características únicas.

-En sus formaciones se repite la presencia del guitarrista Radomir Milojkovic, ¿cómo definiría su relación musical a lo largo de los años?
-Radomir y yo somos como una banda. Nuestra pasión por la música es muy similar. Elaboramos juntos los conceptos musicales: uno empieza y el otro, al momento, incorpora lo que está tocando y lo evoluciona, y seguimos... Nuestra relación musical se puede ver como una simbiosis, es extático. Por otra parte, nos gusta mucho estudiar, desarrollar nuevos caminos, escuchar música. Creo que se resume en que los dos creemos en lo que hacemos de la misma manera.

-¿A qué misterio se refiere en el título de su nuevo disco?
-Un misterio borra todas las preguntas. Las preguntas y las respuestas ya no nos satisfacen más. La música para mí es así, la palabra no puede explicarla. Ella habla sola, por sí misma. Así, la música de este álbum ha evolucionado de la experiencia espiritual e intensa del nacimiento de mi hijo. Compuse los temas durante la preparación para el parto y los grabé después de dar luz, incorporando nuevos conceptos que estudiaba entonces.

-Nació en París, se crió en Viena y vive en Eivissa, ¿se refleja todo ese universo geográfico en su música?
-Sí. Soy lo que nació de mi experiencia y soy lo que invento. Siempre me gusta soñar acerca de nuestro mundo y más alla. Espero que todo ello se pueda oír en mi música.

-En su biografía señala que estudió música barroca, ¿existe una conexión entre este tipo de música y su jazz?
-Charlie Parker, Dizzy Gillespie..., todo su lenguaje tiene algo de música barroca; la diferencia la encuentras en el fraseo y en eso que se llama vitalidad. Yo estudié música barroca cuando era pequeña y me abrió el camino. Es muy poderosa. Hoy en día esta música sigue siendo una parte de mí. La música de Bach, por ejemplo, me ha enseñado a usar más voces al mismo tiempo.

-Eivissa cuenta con un festival de jazz de renombre, pero, más allá de esta cita anual, ¿cuál es la vida de un músico de jazz en la isla?
-Hay muchos sitios donde se puede tocar y la gente lo recibe con las manos abiertas, pero hace falta la ayuda de las instituciones, porque, como sabemos todos, el arte no se puede aguantar solo. En mi caso particular, siempre paso un mes al año fuera de la isla. Ahora mis niños son muy pequeños y no puedo viajar como antes, pero crecen, y el tiempo para salir más llegará. Vivimos en un mundo global y hoy un músico tiene que tocar todos los estilos si es necesario. Los músicos de jazz están entrenados; podemos tocar todos los estilos.

-¿Considera que es su entorno idóneo para componer?
-Eivissa me ha inspirado enormemente y me ha empujado a escribir mas música; también lo han hecho mis niños. La isla tiene un campo precioso, la cercanía del mar y de la sal hace que siempre estén presentes, y la luz y el cielo son muy especiales. Si quieres, puedes contemplar cada puesta de sol (y cada salida del sol), ¡y te llena! La gente es muy variada y trae sus culturas de todas las partes del mundo. Los paisanos de la isla y las filosofías del Este traen la paz y la contemplación igualmente. Amo poder vivir aquí. Lo aprecio mucho. Me siento muy feliz de convivir en un sitio tan valioso y de poder crecer con mis niños en un entorno lleno de magia y energía positiva.

-Las piezas de su nuevo disco hablan desde sus títulos de diversos estados de ánimo o de conciencia...
-He deseado tener un parto positivo de mi hijo. Durante las últimas semanas me quedé horas y horas despierta por la noche reflejando mis miedos y mis deseos a propósito del nacimiento. Empecé a componer temas sobre él y con la conciencia que veía necesaria para estar bien. A lo largo del tiempo he visto que se pueden usar estos pasos para cualquier objetivo que elijas.

-En alguna ocasión ha explicado que compone de noche, cuando se vive una paz especial, y su música, en muchas ocasiones, es una auténtica expresión de fuerza y vitalidad, ¿a qué se debe esa dualidad?
-La dualidad, para nosotros, a veces esconde la totalidad. Si en plena noche sales fuera de tu casa el entorno parece silencioso, y después se vuelve majestoso; puedes ver hasta otras galaxias. Te sientes muy pequeño, pero parte de algo muy vital. Diría que casi puedes escuchar y sentir la tierra girar. Eso es mágico. Percibes que en ti surge la energía de la tierra y conectas con el 'todo' del universo en ese 'silencio'. Esa 'nada' es muy poderosa, porque la energía nace de la calma, como el día nace de la noche. En ese otro lado siempre me he sentido muy fuerte, desde pequeña, y también me puede inspirar todo. Mi objetivo, sin embargo, sigue siendo el mismo: elevar a la gente, tanto como pueda. Para inspirarles a que se den cuenta cada vez más de su capacidad para vivir vidas significativas. Porque ciertamente hay un sentido en la vida.