De izq. a dcha., Miquel Costa, Joan Barbé y Omar Gisbert brindan por el premio que les otorgó el Govern balear por su aportación a la cultura. | DANIEL ESPINOSA

El pasado viernes Ultima Hora reunió los premiados ibicencos que el lunes recibieron en Palma el Premi Ramon Llull por su aportación al mundo cultural balear. La excusa era felicitar a Joan Barbé, Miquel Costa y Omar Gisbert por este reconocimiento. La verdadera razón para juntarlos era escuchar qué tenían que decir Ressonadors y el director de la Editorial Mediterrània sobre el panorama cultural actual de la Isla. Pertenecientes a dos disciplinas distintas y a dos generaciones diferentes, la charla transcurrió animadamente entre temas de política, economía, literatura, música e idiomas. Una vez sentados en la mesa, mientras se toman las fotografías y brindan entre ellos con cerveza, café y fanta de naranja, los entrevistados bromean con la posibilidad de que la marca de bebida patrocine su entrevista, un comentario que les lleva a establecer un diálogo sobre la actual coyuntura económica.


-¿Al mundo cultural, la crisis le ha pillado por sorpresa?
-Miquel Costa:
Como estamos tan acostumbrados a que no haya dinero, ya no nos sorprende. No sé si a vosotros os pasa igual en el mundo de la música.
-Omar Gisbert: Para la cultura nunca hay dinero...
-Joan Barbé: Pero vaya, no nos podemos quejar. Quizás nosotros estamos igual que hace un año o dos, pero la economía no.
-Miquel: Si siempre nos estuviéramos quejando de esto, nos dedicaríamos a otra cosa. ¿Pero cuándo no hemos tenido crisis? Nosotros somos felices. Bueno, no sé... hablo por mí.
-Joan: Todo lo que dices tú lo suscribimos (risas).

-¡Si que les ha unido este galardón!
-Miquel: ¿Sabes lo bonita que es esa insignia? Es para los domingos sólo.
-Joan: Ahora llevamos la medalla colgada a todas partes (risas).

-¿Será la primera de muchas medallas?
-Miquel: No nos asustes que luego te tienes que 'encorbatar'. Yo sólo me pongo corbata dos o tres veces al año y cuando tengo que ir a alguna boda.
-Omar: Yo me la he puesto dos o tres veces en la vida (risas).
-Joan: Yo me la he puesto más, porque al tocar en la Banda Municipal me la tenía que poner continuamente. No es que me cueste, pero la imagen no es la misma. No es la pinta de 'tirados' que tenemos los músicos.

-¿Cómo fue la gala?
-Omar: Muy institucional, muy oficial, mucho protocolo.
-Miquel: Lo mejor es que fue rápida y sencilla algo que es de agradecer porque, al menos en mi caso, estaba un poco nervioso.
-Omar: Nosotros también.
-Joan: Sí, hablo por mí, pero como no estás en tu hábitat... Estábamos mucho más tranquilos sobre el escenario, cuando nos tocó actuar.
-Omar: De todas maneras, el trato fue bastante informal. Nada más llegar, vino el presidente Antich y nos saludó y ya parecía como si fuera Xico Tarrés, que estamos muy acostumbrados a verlo.
-Miquel: No conozco a otros presidentes. Pero al actual se le nota que es una persona... lo que decimos aquí un 'pagès puta'. Me refiero a que es vivo, 'puta'...
-Joan: Esto sí que lo dice él (risas).
-Miquel: Un 'pagès puta' es una persona que ha estudiado, que tiene unos conocimientos pero no ha perdido la proximidad. Es espabilado. Se nota mucho que ha sido el alcalde de un pueblo pequeño, que ha tenido trato directo con la gente.
-Omar: Nosotros, la verdad, que siempre hemos tenido mucha suerte con los políticos, haya estado quien haya estado. Siempre nos han tratado muy bien. Supongo que es porque, en una isla tan pequeña, donde no hay muchas opciones, cuando sale algo bueno o que consideran que es bueno y tiene aceptación del público, las autoridades se vuelcan, así que queja, no podemos tener ninguna. Seríamos unos ingratos.
-Miquel: La verdad que la diferencia entre la derecha y la izquierda se nota más en un sitio grande que en uno pequeño. En un sitio pequeño, por ejemplo, si miramos regidores y regidoras de cultura que han pasado por el municipio de Vila, con todos he tenido un trato cordial. Aquí nos conocemos todos.
-Joan: A nosotros eso nos conviene ya que Eivissa es más pueblo, comparado con Palma...
-Miquel: Es importante que los políticos sean de la tierra, que la conozcan y tengan raíces, que conozcan la tierra y las dificultades que conlleva una isla.
-Omar: Hoy en día hay políticos jóvenes que están haciendo las cosas muy bien, que se mojan para hacer bien su trabajo, que se esfuerza mucho por hacer conciertos... se preocupan. Hoy en día, más que mirar el color político necesitamos personas que quieran trabajar y que se quieran implicar realmente en lo que hacen porque, la verdad, los ideales políticos, tanto unos como otros los han perdido bastante, independientemente del partido que sean.

-¿Notan que a los ibicencos les interesa la cultura?
-Omar: Sí (dice sin dudarlo).
-Miquel: Al final, si nos han dado este premio es porque hay gente a la que realmente le interesa lo que hacemos. Tú solo no haces nada. Ellos dan un concierto que mueve masas muy diferentes de público pero si haces una presentación y no acude nadie, no tienes un apoyo... Un músico sin público no es nada, pero un editor tampoco. Nosotros, aparte de público necesitamos a gente que escriba, libreros que los vendan... Al final sí que hay gente interesada. Tenemos unas profesiones que dependemos de la gente.
-Joan: Quizás, en el tema de la cultura es importante saber acercar lo que haces a la gente. ¿La gente compra lo que le interesa o le interesa lo que compra? Lo mismo ocurre con las radio fórmulas. ¿Ponen lo que a la gente le gusta o la gente escucha lo que le ponen?
-Miquel: La gente compra lo que le interesa en un porcentaje elevado. Ahora la gente selecciona más que hace unos años porque hay más oferta.
-Joan: Yo creo que nosotros, con Ressonadors, hemos tenido la suerte de traspasar varias barreras. La de la edad, la barrera del tiempo, incluso la barrera de la política, la división entre lo antiguo y lo moderno. A nosotros nos ha sorprendido la acogida del proyecto y creo que por eso nos han dado este premio. La cultura de un pueblo puede que no interese a la gente porque si los artistas, los editores o la gente de la cultura no se esfuerzan en acercar su trabajo a la gente, ¿quién lo hará? Me imagino que es un reconocimiento por haber recuperado un patrimonio que ya existía. La gente conocía las canciones gracias a UC pero seguro que ahora ya hay más gente que se las sabe.
-Miquel: El éxito de Ressonadors es que han hecho una cosa nueva y, a estas canciones tradicionales, populares le han puesto una música nueva que, quizás, el primer día cuando lo escuché pensé: «No me gusta». Pero, la verdad es que en el Teatro Principal donde, yo era de los jóvenes, a la gente le gustó mucho.
-Joan: A nosotros, lo que nos interesaba no era que las canciones gustaran. Sino que, como creadores, queríamos que las canciones estuvieran vivas. Por lo menos hemos conseguido que estas canciones sigan teniendo vigencia.
-Miquel: Habéis conseguido dar vida y actualidad a una cosa que, no es que hubiera pasado de moda, pero le habéis dado un toque actual.
-Omar: Cuando yo tenía diez años e iba a clases de música con Gilberto Tur en la Avenida España, nos enseñaba todas estas canciones. Gracias a que las aprendí siempre me quedó la idea de coger un grupo de música moderna y reversionar esas canciones. Fue lo primero que aprendí a tocar con flauta y piano, el Jo tenc una enamorada. Si este hombre no nos hubiera enseñado estas canciones quizás no existiría Ressonadors. O sí a Victorí Planells una señora no le hubiera cantado La meva escrivaneta pues quizás se hubiera perdido. Creo que es obligación de todos ir pasando esto de una generación a otra. Quizás dentro de 20 años, un chaval coge el disco de Ressonadors y le da por hacer una versión rap o heavy metal.
-Joan: Nuestro trabajo consiste en hacer que a la gente le interese su cultura. La cultura no es una cosa aburrida. Para mí, la cultura tiene que ser, primero entretenida. Si te entretiene y te gusta, es básico para su conservación. Si fuera una cosa de cuatro intelectuales, no habría cultura.

Leyes y dialectos
La fase final de la charla transcurre entre dos temas que todos consideran fundamentales desde sus puntos de vista particulares. Para Gisbert, entre la literatura y la música, la primera es la que lo tiene más difícil ya que «vivimos en la era de la imagen y todo está en internet» y, añade que «las descargas ilegales deben regularse». Traslada esta problemática a un ámbito que no es el de la música: «Imagínate el cine de Hollywood, donde muchas películas se nutren de novelas, ideadas por un escritor. Si éste no las vende porque sus novelas se piratean y no puede vivir de esto, ¿quién escribirá novelas para que luego se hagan películas?».
Respecto a la conservación de la lengua, los más apasionados puntos de vista los expresan Joan Barbé y Miquel Costa. Para el primero, la conservación de los dialectos es fundamental. «Si no se estudian se perderán un montón de matices». Sin embargo, Costa no quiere ni oír hablar de esa opción: «La lengua tiene que enseñarse de la misma manera para todos y, luego, cada uno en casa habla como quiere. Pero tiene que enseñarse a hablar y a escribir 'bien'». Y Barbé le rebate: «¿Pero si los dialectos no se enseñan, no corren el peligro de desaparecer? ¿Dentro de 50 años la gente hablará ibicenco?».
Gisbert se pregunta si, aparte de los libros de 'rondalles' hay algún libro escrito en el dialecto pitiuso, algo que considera imprescindible para su conservación en el futuro. Además, Omar Gisbert opta por la implantación de un idioma universal. «Al final, los idiomas crean fronteras en un mundo en el que éstas van desapareciendo».