De izq. a dcha, Elena Ruiz, Xico Tarrés, Lurdes Costa, María Àngeles Albert y Víctor Beltrán, durante la visita. | Marco Torres

Una importante representación del mundo cultural, tanto pitiuso como nacional acudió ayer a la presentación de las obras de reforma y ampliación del Museu d'Art Contemporani d'Eivissa (MACE). La alcaldesa de Vila, Lurdes Costa; la directora general de Bellas Artes y Bienes Culturales del Ministerio de Cultura, María Àngeles Albert de León y el presidente del Consell, Xico Tarrés se encargaron, junto a la directora del museo, Elena Ruiz de explicar este ilusionante proyecto, redactado por el arquitecto Víctor Beltrán.
Ruiz aseguró sentirse emocionada en el día de la puesta de largo del proyecto por el que lleva tanto tiempo luchando. «Hemos sido muy felices durante la construcción de este museo», admitió. «Pretendo que este museo contribuya a que el futuro sea importante y significativo a través de la didáctica que defiende la museología en la que yo creo», subrayó. A este respecto, Ruiz hizo patente el espíritu de este centro cultural: «Yo practico una museología a largo plazo. El tiempo largo, detenido, en un museo que se pueda recorrer sin urgencias, sin prisas. Todo eso lo vamos a hacer posible a través del razonamiento, del gozo y también de la controversia y la dialéctica; eso es bueno».
El edificio de tres plantas ha logrado integrarse en el entorno de Dalt Vila de una manera armoniosa, según el presidente del Consell, que añadió que «se trata de una construcción fantástica, moderna, en sintonía con lo que le rodea, de líneas muy limpias que todos deseamos recorrer». Tarrés rememoró cómo, hace once años, cuando él era alcalde de Vila y Lurdes Costa concejala de Cultura, este proyecto inició su andadura.
La encargada de pronunciar su discurso antes de la visita guiada fue la Directora General de Bellas Artes que definió el de ayer el museo como «el espacio donde los ciudadanos se encontrarán con un patrimonio capaz de favorecer el enriquecimiento humano a través de la cultura».
In situ
Tras los parlamentos, el ideólogo de este edificio, el arquitecto Víctor Beltrán, ofreció una visita guiada para las autoridades en la que explicó los pormenores de su proyecto.
«Dalt Vila está dentro del museo», manifestaba Beltrán durante la visita, que ha optado por conservar algunas de las estructuras del edificio originario y dotar al lugar de luz natural mediante numerosas paredes de cristal, que aportan al museo una sensación de infinidad.
El nuevo MACE consta de tres plantas, completamente accesibles y adaptadas para personas discapacitadas, para lo que se ha aprovechado el terraplén adyacente y una vivienda privada que fue cedida al Ayuntamiento para incluirla en este proyecto. Con estas obras, el museo ha pasado de disponer 800 metros cuadrados a una superficie útil de 2.000, aproximadamente.
Tras visitar las salas con techos abovedados de la planta de acceso, la comitiva se dirigió al piso superior, donde está situado el edificio histórico del museo. Allí se han mantenido los muros originales y se ha añadido una estructura de pladur de unos dos metros de altura que evitará su deterioro. En esta misma planta se encuentra lo que Beltrán definió como «su capricho». Se trata de una enorme terraza desde la que puede observarse gran parte de la ciudad amurallada y la Plaça de Vila.
Por último, los asistentes al acto se dirigieron a la planta situada en el sótano, donde se hallaron importantes restos arqueológicos. Éstos, lejos de suponer un estorbo para el proyecto, han sido incluidos en él, protegidos por un cristal sobre el que los visitantes del museo podrán pasear para observarlos de cerca.
Tras el recorrido, el grueso de los asistentes disfrutó de un cóctel en la planta principal.
Programa artístico
El nuevo MACE tendrá que ultimar algunos detalles antes de su completa puesta en marcha, como la instalación eléctrica o la colocación del mobiliario necesario para el correcto funcionamiento de este espacio para la cultura.
Cuando se haya configurado la programación artística del primer año y se haya constituido una colección permanente comenzarán las exposiciones, algo que sucederá antes de otoño. Además, el edificio albergará un centro de documentación y archivo, un gabinete didáctico y un salón de actos.
Sin embargo, tanto la alcaldesa como la directora del museo consideraron que el propio edificio gozaba de la suficiente entidad para ser presentado en solitario.

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El pasado se integra con el futuro
«Los restos arqueológicos que se han hallado en el edificio ocupan una superficie de aproximadamente 200 metros cuadrados», explicaba ayer la arqueóloga municipal Rosa Gurrea.
«Se trata de contemporaneizar la arqueología, nunca mejor dicho», añadía la arqueóloga, que hizo un repaso histórico de los cambios que ha sufrido a lo largo de los siglos la zona en la que hoy se emplaza el museo. «Estos restos formaban parte de la ciudad en la época fenicia e incluyen un conjunto de casas que se encontraban al borde de la bahía», informó Gurrea que matizaba que éstos pertenecen a varias fases históricas.
Se trata de un conjunto de viviendas del siglo IV a.C. construidas sobre las casas que existían cuyo fin era ampliar el espacio de éstas. «Se construyó una gran cisterna de recogida de agua de cinco metros de profundidad», explicaba Gurrea, que continuaba relatando cómo «esta ciudad antigua fue completamente arrasada entre los siglos II y III y dejó de tener un uso residencial. Fue en la época islámica, entre los siglos X y XI cuando este espacio se usó como necrópolis»
Finalmente, la arqueóloga explicó que tras la construcción de las murallas renacentistas en el siglo XVI, todos los restos hallados con anterioridad en este lugar fueron tapados.
Gurrea concluyó su explicación con una cita de un autor griego del siglo IV que definía Eivissa como: «Una colonia de los Cartagineses, fundada 160 años después que Cartago que poseía importantes puertos y murallas así como unas casas admirablemente construidas» y destacó la absoluta vigencia que continúa teniendo esta cita.

Otro museo en el horizonte
La Directora General de Bellas Artes, María Àngeles Albert realizó ayer una fugaz visita al Museu del Puig d'es Molins. Una vez en el MACE, informó de que un total de 10 empresas se han presentado al concurso para gestionar este espacio que estará a disposición de los ciudadanos a finales de este año.
Un año en el que, según_Albert «Eivissa se convertirá en una gran ciudad con infraestructuras culturales de primer orden a disposición de todos». Y transmitió el apoyo que presta la ministra de Cultura, Àngeles González-Sinde, a todas las iniciativas culturales que se llevan a cabo en la Isla.