Nos encontramos ante una exposición diferente. Al contrario de lo que ocurre con la inmensa mayoría de piezas que se exhiben en un museo o galería de arte, las obras que acogerá a partir de mañana el Espacio Micus (Ctra. Jesús-Cala Llonga Km.3 a la izquierda) han sido concebidas para ser tocadas y puestas en movimiento. La exposición de esculturas del alemán Martin Willing permanecerá abierta, en principio, hasta las próximas Navidades, aunque los responsables de la galería no descartan ampliarla hasta la próxima Semana Santa. Las visitas a este espacio pueden concertarse por teléfono (971 19 19 23) y realizarse los domingos, de 11 a 14 horas.
Su obra, que podrá verse en Eivissa por primera vez, se caracteriza por estar construida en su totalidad en acero inoxidable. Tanto en sus obras de pequeño formato como en las grandes construcciones predominan los trazos geométricos y una deliberada voluntad de movimiento, como si las obras desearan salir despedidas y desprenderse de la base que las sostiene.
El uso inusual de sus estudios de Física combinados con el arte produce formas dinámicas que sugieren movimiento pese a la rigidez del acero. «Su obra supone una huida deliberada de lo estático», explicaba ayer Katja Micus, responsable actual del espacio cultural que acoge la muestra. Ella misma señalaba que todas las obras son de reciente creación y que la presencia del artista en ferias de arte como la de Colonia o diferentes galerías de Alemania avalan su calidad y su prestigio como escultor en su país natal.
Encuentro
Katja Micus explicaba ayer cómo conoció la obra de Willing a través de la editora que publicó un libro en el que se recogía la obra del escultor. «Ella había trabajado para mí y me ayudó mucho con la obra de mi padre», recordaba la diseñadora de joyas que añadía: «Seguimos en contacto y, tras una reunión con artistas en Colonia, pude ver algunas de sus piezas pequeñas, que me gustaron mucho y decidí traer su trabajo a Eivissa».
«Es muy complicado obtener semejante grado de perfección con piezas de metal», apuntaba Micus que señalaba la faceta científica de Willing como razón para la producción de piezas de corte tan recto y geométrico.
Ahora, el artista ha comenzado a profundizar en el uso de tecnología para crear estructuras más complejas así como en el intento de solucionar la curvatura de tubos anchos para colocar en esculturas de exterior de gran tamaño.

Una vida dual
Martin Willing nació en la ciudad alemana de Bocholt en 1958. Nada en su infancia hacía presagiar que su carrera iría encaminada hacia el arte. Su primer contacto con el mundo artístico fue a través de un profesor nada ortodoxo, el artista local Manes Schlatt. Con él, Willing comenzó a trabajar de manera entusiasta en sus dibujos, pinturas y esculturas. Durante su adolescencia formó parte de una banda de música en la que participó también como compositor. Durante unos años, antes de entrar en la facultad, tuvo la intención de combinar la música y el arte. Algunos críticos han situado la oscilación de sus objetos en el contexto de la música o de los instrumentos.