Eivissa vive en una extraña y prolongada situación de parada técnica, en lo que a equipamientos culturales se refiere. En toda la Isla existe una decena de edificios, museos e, incluso, proyectos, tanto públicos como privado cuya puesta en marcha se retrasa.
Uno de los ejemplos más flagrantes es el del Museu Monogràfic del Puig des Molins. La falta de presupuesto para su museización o las infiltraciones de agua a través de las paredes del edificio retrasaron su apertura. La directora General de Bellas Artes, María Àngeles Albert visitó las obras en marzo y aseguró que el museo estaría a disposición de los ciudadanos a finales de 2011, mientras que la empresa adjudicataria de las obras tiene previsto finalizarlas a principios del próximo año. Más retrasos.
La visita de Albert coincidió con la inauguración del nuevo edificio del Museo d'Art Contemporani de Eivissa, un espacio de cuyas paredes ayer aún colgaban cables y que no está todavía amueblado. La programación de este espacio debía comenzar tras finalizar el verano.
Deseados
Sin embargo, el Museu d'Art Contemporani d'Eivissa no es el único lugar en Dalt Vila que permanece en un limbo funcional. Este es también el caso de es Polvorí, un edificio del siglo XVII-XVIII. Este estratégico enclave, situado bajo el baluarte de Santa Llúcia fue adjudicado a Baleària Eurolíneas el pasado mes de mayo. Fue la única empresa que se presentó al concurso de uso y explotación del espacio como centro multicultural. El pliego de condiciones del concurso fijaba una serie de requisitos con el fin de ofrecer una oferta cultural durante todo el año, supervisada por la concejalía de Cultura de Vila para lo que sería necesario contratar a un gestor cultural. El último evento que se celebró en este espacio fue el Port Mediterrani del Llibre, en marzo.
Otro de los espacios lúdicos de Vila más esperados es el del Teatro Pereira. Las últimas noticias sobre su apertura llegaron en julio del año pasado junto a unas imágenes que reproducían virtualmente cómo sería el espectacular resultado final de este Bien de Interés Cultural. Al tratarse de un edificio histórico la ejecución de las obras y la licencia de actividades se aprobaron por las comisiones del Pepri y de Patrimonio. A día de hoy, las obras continúan paradas en este espacio que incluiría usos polivalentes, de carácter lúdico y social.
Uno de los equipamientos que permanece cerrado pese a que fue presentado en sociedad a finales de junio es el Centre d'Interpretació de sa Capelleta. En este nuevo espacio los ciudadanos podrían conocer, de manera muy didáctica, un barrio islámico de los siglos XI - XIII, el único hallado extramuros; una necrópolis romana de los siglos II-III d.C., y un santuario púnico del siglo IV a.C. Hace tres meses al espacio sólo le faltaba la conexión eléctrica y la firma de un convenio con Vila para el contrato de la vigilancia. A día de hoy y según fuentes del Consell, el edificio permanece a la espera de recibir el final de obra por parte del arquitecto encargado del proyecto.
En sa Penya, un barrio que el anterior equipo de gobierno quería reactivar, se encuentra el centro polivalente de sa Pedrera. Lurdes Costa aseguró a finales de abril que esta infraestructura estaría finalizada en diciembre de este año. El coste de la rehabilitación estaban presupuestadas en 900.000 euros, que se financiarían por la Unión Europea, el Govern y el Ayuntamiento de Vila. Este espacio, equipado con boxes para ensayo, se destinaría al uso por parte de bandas locales y dispondría de un auditorio para hacer espectáculos de pequeño formato. A día de hoy, el Consistorio de Vila aún no tiene claro cuál será el futuro uso que se le dé a este espacio ni cuando está prevista su apertura.
Retrasado
Los retrasos no afectan sólo a los espacios que ya están construidos sino que también incluyen a espacios cuyo inicio ha tenido que postergarse. Este es el caso del proyecto de la sede de la Biblioteca Nacional, cuya ubicación estaba prevista en los terrenos anexos al recinto ferial.
En septiembre del año pasado, el Ministerio de Cultura anunció que el coste de esta inversión se reduciría a 2,5 millones de euros, frente a los 21,29 previstos inicialmente. La ministra Àngeles González-Sinde apuntó que el inicio de las obras se retrasaría a 2014 debido a «problemas técnicos» y que el conjunto del proyecto debería ser «reevaluado». La partida presupuestaria inicial se repartió en la financiación del parador de Vila.

Museo de Formentera
Los retrasos y la caída en el olvido de ciertos proyectos no se limita a Eivissa. En Formentera, uno de los proyectos más ambiciosos, el de la creación del Museu i Centre Cultural de Formentera volvió a quedar aparcado el pasado enero, doce años después de que se proyectara la construcción.
Cuando el Consell aún era de Eivissa y Formentera y Joan Marí Tur era el responsable de Cultura se anunció por todo lo alto la construcción de un espacio muy demandado por los formenterenses.
La ubicación planteada, a cincuenta metros de la iglesia de Sant Francesc, estaba afectada por el nuevo planteamiento urbanístico. La crisis obligó a efectuar recortes y este proyecto fue el primer afectado. Desde el actual Consell señalan que la responsabilidad de construcción es del Govern.
Sònia Cardona, actual vicepresidenta y máxima responsable del área de Cultura i Patrimonio del Consell de Formentera aseguró tras anunciar el aplazamiento que se trata de un proyecto que cambia constantemente y que «no tendría sentido encargar el proyecto museístico cuando aún no se sabe cuándo comenzarán las obras, la forma en que los contenidos entren en las salas del museo se precisará en el último momento».