Los intérpretes Elisa Matilla y Juanjo Artero, en una imagen promocional durante la representación de la obra que hoy estrenan en Can Ventosa.

A punto de comenzar la grabación de la segunda temporada de la serie El barco y tras haber sido nominado al Goya al Mejor Actor de Reparto por su papel en la película de Enrique Urbizu, No habrá paz para los malvados, el actor Juanjo Artero continúa con la gira teatral que esta noche, a las 21,30 horas, le llevará a Can Ventosa para representar Historias de un karaoke. El reparto de esta comedia de personajes infelices lo completan Elisa Matilla, Ángel Pardo y Pepa Rus. En medio de esta vorágine, el actor agradece los momentos en los que puede relajarse frente a la televisión, apagar el teléfono y evadirse, aunque sea durante pocas horas. Pese a este ritmo frenético asegura que está «muy contento». Los personajes de este montaje se debaten, en su vida diaria, entre la desgracia y la bendición de unas situaciones que, pese a lo doloroso, hacen reír al público.

-No es la primera ocasión que el público tendrá la oportunidad de verlo actuar en la Isla...
-Es la tercera vez que voy a actuar en Eivissa y también he estado allí de vacaciones. El público ibicenco siempre me ha recibido muy bien porque he ido con dos comedias, con Lola Herrera y Maribel Verdú, y recuerdo que fueron funciones muy bonitas, muy entrañables. Por otro lado, la Isla como lugar de vacaciones es ideal en todos los sentidos. A nivel de marcha no hay nada parecido a nivel mundial pero luego hay zonas preciosas para ir a la playa en plan más tranquilo.

-Al ver esta obra uno no sabe si reír o llorar...
-Los autores del texto han conseguido transmitir un humor muy ácido y, mediante las desgracias, te ríes de los personajes.

-¿Cómo es el suyo?
-Roberto es un pobre desgraciado. Es un personaje muy peculiar porque es maniático obsesivo compulsivo entonces tienen miles de rarezas que a la obra le dan mucha comedia pero, para él es una desgracia. Tiene una orden de alejamiento de su familia y tiene que vivir en una tienda de campaña porque no tiene dinero.

-Eso está a la orden del día...
-Hay muchos hombres que están siendo perjudicados por las separaciones. Quizás porque antes había un desequilibrio al contrario y ahora los que salen perdiendo, en muchas ocasiones, son ellos.

-Gran trabajo de Luis Iborra y Antonio Albert al ser capaces de hacer de esto algo divertido...
-Lo divertido de esta obra es cómo se maneja el humor con las diferentes situaciones. La gente se pregunta si es una comedia y yo siempre les digo: Sí, sí, comedia pura y dura. Lo que me parece mágico de esta función es que discurre entre lo tierno, lo duro y lo ácido.


-¿Cómo la ha recibido el público hasta el momento?
-Es una obra que gusta muchísimo, la gente se ríe mucho y luego pasan a la parte tierna que les lleva a coger cierto cariño a los personajes.

-Premios, nominaciones, éxito en televisión, ¿cómo está en este momento?
-Estoy ‘acojonao' (risas). La verdad es que llevo unos años en los que todo ha salido muy bien. Estoy muy contento.

-¿Quién dijo crisis?
-De momento no me afecta, pero se nota. Yo lo noto como todo el mundo, han bajado sueldos, han bajado el número de producciones, el número de personas que acuden al teatro.

-¿En qué momento se encuentra el cine español?
-Eso también depende del cine que se haga. A ver qué pasa con las nuevas políticas y las previsiones. Creo que hay un poco de incertidumbre respecto a lo que va a suceder con la crisis. Hay mucho miedo en todos los sectores y el cine no es una excepción.

-¿La cultura siempre es la más afectada en tiempos de crisis?
-Cuando se recortan presupuestos se recorta de eso. Ahora, con la crisis, en vez de hacer teatro, se hacen aeropuertos en lugar de pagar la calefacción en los colegios. Es una vergüenza.

-¿Tiene tiempo para pensar en futuros proyectos?
-De momento sigo con la gira de teatro, hasta el mes de octubre, continúo con la serie y, tengo pendiente un proyecto cinematográfico que tiene que materializarse pero, si no se rueda este año será el que viene.


Emocionante reencuentro
El actor Juanjo Artero tuvo una reacción muy natural ante la reaparición de su compañera, la actriz Silvia Abascal, durante la entrega de los Premios Goya. «Con lo que dijo y al verla allí de pie, recuperada, tuve que aguantarme para no ponerme a llorar como un tonto», asegura entre risas.
Ambos intérpretes habían trabajado juntos con anterioridad y Artero define a la actriz como «un ángel». El actor confiesa que si hubiera ganado el premio y se lo hubiera dado ella «no hubiera podido recibirlo porque me hubiera emocionado mucho».