El arte balear, a través de cinco creadores que residen y trabajan en el archipiélago, será el protagonista de la exposición illArt, una iniciativa del institut Ramon Llull, comisariada por Gudi Moraguez, que será presentada el próximo 7 de marzo en Berlín. El espacio que albergará esta muestra será el Forum Factory de la capital alemana, y en él se exhibirán piezas de Erwin Bechtold, Ñaco Fabré, Rober Ferrer i Martorell, Pep Llambías y Guillem Nadal. La exposición permancerá abierta hasta el día 18 de marzo.
Según Moragues, «’illArt’ pretende mostrar la influencia que tiene la naturaleza y el entorno en la acción creativa». Para ello, el comisario de la muestra ha unido a cinco artistas que «tienen sensitivos y divergentes discursos individuales que, innegablemente, van unidos al entorno, a la materia y a la luz, construyendo procesos internos en los que implican su poderosa y a la vez estricta iconografía personal».
Micromundo
En un texto realizado para la exposición, Moragues afirma que el archipiélago «tiene un marcado carácter de micromundo, puesto que el isleño, forzado a una autarquía relativa, ha procurado encontrar en todas y cada una de las islas los recursos necesarios para crear un pequeño universo». Pero, además, Eivissa, Formentera, Mallorca y Menorca se convirtieron en el siglo XX en el puerto de llegada de numerosos artistas de todo el mundo, los cuales «desarrollaron acciones y lenguajes de magnificiencia imperecedera y de absoluta personalidad».
El responsable de illArt glosa también las «extraordinarias condiciones» que las Islas ofrecen para desarrollar la creatividad y la «proyección internacional» de la que gozaron durante el primer tercio del pasado siglo. «Los artistas procedentes de otras tierras —explica—, que atendiendo a las llamadas de las nuevas tendencias descubrieron las posibilidades que ofrecía el paisaje mediterráneo, no dudaron en formar una extensa comunidad pictórica que dio paso al fructífero y revolucionario movimiento cultural de la época». En este sentido, por ejemplo, habría que destacar al Grupo Ibiza 59, del que el propio Bechtold formó parte.
Finalmente, Moragues cree que el propio Behctold, junto con Llambías, Fabré, Ferrer i Martorell y Nadal «profundizan de forma rigurosa en los campos de los modernos sistemas creativos y analíticos de las relaciones». Lo que les lleva a conducir «la pura manifestación luminosa a la interiorización visual», remitiendo su trabajo a la máxima de Rusell: «Siempre que alguien tenía el deseo de intoxicación celestial recurría a la música. pero el color y el arte son tan capaces como la música de proporcionar los mayores éxtasis y placeres».