Tracey Reid desgranó toda una colección de standards en el último concierto del festival, acompañada por The Sweet Rhythm Kings.

Era la una de la madrugada cuando José Miguel López, maestro de ceremonias de Eivissa Jazz y responsable del programa radiofónico Discópolis, subió al escenario del baluarte de Santa Llúcia para dar por concluida la edición de las bodas de plata del festival e instaba al público a encontrarse en el mismo lugar de aquí a un año, en la edición número 26. Pero eso fue el final de una noche, la del sábado, en la que Sedajazz Sextet y Tracey Reid & The Sweet Rhythm Kings fueron los encargados de cerrar un programa que ha dejado algunos buenos momentos en la memoria de los aficionados al jazz.

El sexteto con el que el colectivo de músicos Sedajazz ha viajado a Eivissa subió al escenario en primer lugar después de que sus integrantes impartieran un taller jazzístico en Can Ventosa el viernes y el mismo sábado. Con Francisco Blanco ‘Latino’ al frente con su saxo barítono, el conjunto estaba integrado también por Carlos Martín (trombón), Alberto Palau (piano), Miguel Casany (guitarra), Felip Santandreu (batería) y Julio Fuster (contrabajo). El saxofonista alabó el nivel de los estudiantes del taller asegurando que «cada vez es mejor» y afirmando que en la Isla hay «una gran cantera».

El concierto que planteó la formación tuvo un formato algo ecléctico, ya que cada uno de sus integrantes escogió un tema para interpretar y fue ‘Latino’ el primero en escoger, así que el grupo abrió su concierto con Limelight, de Gerry Mulligan, para, a continuación atacar Em’n-En, del trombonista británico Marc Nightingale y en el que se coló la sirena de un barco, aunque, eso sí, en el mismo tono que el tema, como señaló bromeando el saxofonista. En Alter Ego, de James Williams, ‘Latino’ cambió el barítono por la flauta y Palau se lució con un primer solo de gran calidad. El orco fue el título del tema compuesto por Carlos Martín que el mismo trombonista escogió para interpretar en el concierto, aunque, eso sí, cambiando su instrumento por la percusión y recayendo parte del protagonismo de la pieza en un solo de contrabajo. La recta final de la actuación contó con Alone and I, de Herbie Hancock, y Road Song, de West Montgomery (lógicamente propuesta por Casany), mientras el saxofonista se preocupaba continuamente de que el público estuviera cómodo y disfrutara del concierto. El tema escogido para el bis fue Ángela, balada de ‘Latino’ dedicada a su hija (»un pastelito para acabar», apuntó) y con la que Sedajazz Sextet abandonó definitivamente el escenario muy aplaudido por los asistentes.