Antoni Pou, comisario de la exposición, ante una maqueta que muestra las corrientes atlánticas.

El Ártico se rompe. Esta es la seria advertencia que la Obra Social de ‘‘la Caixa’’ lanza desde la exposición que ayer por la tarde inauguró en un moderno espacio móvil en la plaza Antoni Albet i Nieto de Vila. En ella se analiza el efecto del calentamiento global en una zona que influye en el clima de todo el planeta, así como las características de un entorno extremo en sus condiciones climáticas y de una gran belleza.

L'Àrtic es trenca llega a Eivissa después de estrenarse en Barcelona y haber visitado ciudades como Santander, Toledo, Zarautz y Palamós y se divide en cuatro apartados principales: el clima ártico, la vida en una situación extrema, la huella humana y las luces del norte, todo ello presentado de una manera clara y diáfana en paneles, maquetas y pantallas, potenciando la interactividad y con el añadido de las magníficas imágenes de Andoni Candela, uno de los fotógrafos de naturaleza más prestigiosos del mundo.

«Lo del cambio climático parece una cosa muy lejana y hay gente que aún duda de él, pero de hecho hay un consenso científico muy importante que dice que existe y se está produciendo, así como de que las acciones humanas lo están acelerando», señaló ayer el físico y comisario de la exposición, Antoni Pou, quien añadió que «los cambios climáticos se han producido a lo largo de toda la historia de la Tierra, pero ocurrían en diez mil años y ahora ocurren en cincuenta, cien o doscientos años como fruto de esa actividad humana».