La familia de Paco de Lucía, fallecido ayer en Cancún (México) a los 66 años, víctima de un infarto cuando jugaba en la playa con su hijo menor, ultima los detalles del traslado de su cuerpo a España y el posterior funeral, que podría incluir una capilla ardiente en el Teatro Real de Madrid.

Según han informado hoy a Efe fuentes próximas a la familia, hay muchas probabilidades de que se instalen dos capillas ardientes, una en Madrid, en el Teatro Real, para permitir que sus hermanos, amigos y admiradores puedan despedirse de él, y otra, posteriormente, en su localidad de nacimiento, Algeciras (Cádiz).

La repatriación de los restos del artista, que permanecen en una funeraria de Cancún, se está gestionando para que puedan ser transportados bien en un vuelo comercial o en uno privado, aunque parece este último más probable, ya que el próximo avión de una línea aérea desde la provincia mexicana no tiene prevista su salida hasta el viernes.

El cónsul honorario de España en Cancún, Javier Marañón, explicó anoche a Efe que se estudió la posibilidad de que el cuerpo fuera transportado por la compañía American Airlines, vía Miami, pero esa opción quedó descartada, porque esa aerolínea no hace ese tipo de traslados.

Si se confirma que el cadáver será repatriado hoy, llegaría a España mañana viernes.